Camino

Esa tarde:
Caminábamos por aceras paralelas, yo te buscaba sin buscar. Tú, me encontrabas sin encontrar.
Caminaba, queriendo llegar a la avenida Despedida, aquella que nunca tuvimos y contemplarme en los cristales rotos de tus ojos.
Caminaba, pero en realidad corría, para alejarme de ti y perseguir tu recuerdo.
Mientras tú, ibas de la mano con el olvido. Con los ojos que ahora son tu horizonte, dejando atrás los míos.
Corrí, como sigo corriendo ahora, aun sabiendo que fue lo mejor, que debo agradecerte, porque ahora soy feliz, sin ti.
Es antagónico; él, me da la libertad, que el tribunal de tu amor sé, jamás me lo podría otorgar, y sin embargo, reinvento mil veces la escena, en la que mi condena, es estar atada a ti, olvidándome de mí.
Hoy soy libre, para amar y desamar, para volar sin las alas y ser yo a plenitud, y sin embargo, existe un sin embargo, pero creo que éste, es tu mayor regalo, la felicidad incompleta, la que necesito para escribir; de una pasión, un espejismo, una herida, un recuerdo, porque eres todo ello, y a la vez, razón, realidad, cicatriz y presente.
Decidiste recuperar el juicio, cuando yo decidí perderlo, diste de alta a la cordura, cuando yo la jubilé, le otorgaste razón a la pasión, cuando yo me apasioné por irracionalizar mi razón.
Ahora somos, un museo que tiene como mayor obra de arte, los cientos de cuadros que fueron testigos… de los besos que nunca nos dimos.
Daniela:

• Mario Vargas Llosa habla de los demonios que gobiernan nuestra labor de escribir, de la escasa libertad que tenemos para hacerlo. Y ante ello mis cuestionamientos: Cuánto de lo que escribo, forma parte de mi inconsciente, cuánto es irracional, cuán libre soy al escribir; no lo sé, quizá ellos me gobiernan, y hace que narre situaciones que no he vivido, que son utopías o distopías… (Aplicando la tesis jajajaja)


• Gracias cielo, por ayudarme a vivir con mis demonios. Sé muy bien que mi día de suerte, es aquel en el que muero y resucito en tus brazos