La última peripecia griega, que consiste en ignorar la opinión del pueblo con respecto a las determinaciones de unas políticas de las cuales es el primer concernido, no es un error ni un paso en falso debido a la precipitación impuesta por la crisis financiera.El episodio irlandés para imponer al pueblo su entrada en Europa y el episodio del Tratado Constitucional Europeo impuesto a los franceses por la vía parlamentaria, cuando lo habían rechazado en referéndum, forman parte de una lógica política que en la actualidad tiende a convertirse en una práctica habitual.Las nuevas obligaciones del capitalismoSabemos desde hace decenios, incluso se podría decir desde su dominación en el siglo XIX, que el imperativo del capital era, y es, prosperar explotando la fuerza laboral y todas las demás técnicas –en especial financieras- que puedan servir a su principal objetivo: hacer dinero.De tal forma que esta actividad se desarrolla en el centro de los grandes países industriales –incluso en los que no ha llegado el capitalismo-. Bajo su control y con la posibilidad de saquear a conciencia, y sin oposición, las riquezas del planeta, el capital ha podido, y ha sabido, mostrarse relativamente generoso con las personas a las que explotaba.La lucha entre explotadores y explotados ha sido dura, pero estos últimos consiguieron arrancar ventajas económicas y sociales que constituyen lo que llamamos en la actualidad «derechos sociales». Por su parte el capital tenía interés en ceder, aunque solo fuese para asegurar una paz social favorable a los negocios. [ Leer más... ]