Canadá

Uno de los países que me ha dejado en el corazón una sensación de paz, libertad y tranquilidad es Canadá. Estuve allí en el verano del 1999; punto de salida: la ciudad de Vancouver en British Columbia. De Vancouver partí en un coche de alquiler hacia las montañas rocosas. En los quince días de vacaciones que pasé en Canadá pude ver algunos parques nacionales y la ciudad de Calgary. De allí regresé a Vancouver pasando por algunas ciudades pequeñas ubicadas en la ribera de grandes lagos y ríos como el Fraser, que fue protagonista a principios del siglo pasado de la famosa carrera por el oro en el Klondike, región de los territorios del Noroeste canadiense.
Llegué a Canadá en el verano del 1999, todavía recuerdo que fue uno de los veranos más calientes. El país de los grandes lagos y el frío perenne en pleno agosto. Hago escala en Toronto para ir a Vancouver. El British Columbia es el estado con el clima menos frío de toda Canadá. Raramente la temperatura baja de cero en invierno. Sin embargo el clima es muy húmedo, llueve mucho e incluso en verano las cumbres de las colinas alrededor de la ciudad están cubiertas de nieve. La temperatura mediana en verano ronda los 20 grados pero basta una lluvia para que descienda a 4 o 5 grados. Y llueve de veras, un día sí y otro no. Por fortuna cuando llegué había sol, alquilé un auto y regresé inmediatamente al hotel. Sólo me quedaré un par de noches pues inmediatamente me dedico a descubrir el país.
La ciudad de Vancouver es muy linda, si no fuera por el clima pésimo. Está situada en una bahía muy sugerente, hay parques verdes sobre el mar y los barrios residenciales inmersos en una naturaleza espléndida realmente golpean al espectador.
Sin embargo, la parte de la ciudad más interesante es Sechelt. Una pequeña península en el Norte de la ciudad a la cual se arriba con el transbordador y dónde residen muchas personas famosas; se dice que muchos ricos de Los Ángeles han comprado casa allí para disfrutar de estancias más vidas privadas. Son casas de madera, enormes, apartadas y dotadas rigurosamente de un pequeño puerto privado con su consecuente embarcación.
En los días siguientes el próximo destino son las montañas rocosas aunque antes de iniciar las autopistas montanas realizo una parada en la ciudad de Hope. Hope es un pequeñísimo pueblo de estilo americano con muy pocos habitantes, de esos donde todos ven las novedades escondidos detrás de las ventanas. Allí se rodó "Rambo", la famosa película de Stallone. Todo allí recuerda la producción cinematográfica.
Una noche en este pueblo semiperdido y después a iniciar el largo viaje que conducirá a las montañas rocosas y a los parques de Banff y Jasper.
Pero esta es la segunda parte de mi viaje…

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