Desde hace un año nos vienen bombardeando con que las redes sociales son el futuro de la comunicación entre cliente o usuario y empresa o servicio, que fomenta la transparencia, la innovación, el desarrollo tecnológico, etc. Pero, ¿qué pasa cuando la empresa o servicio apoya (como ocurre en la mayoría de casos actualmente), su comunicación con sus clientes o usuarios en servicios de terceros como Facebook o Twitter? ¿Qué ocurre si ese tercero en discordia decide, unilateralmente, desactivar los contenidos publicados y el acceso a las cuentas que hemos creado?
El pasado viernes dejé de tener acceso a mi cuenta principal en Facebook. Allí, además de mi perfil personal, tenía alojadas varias páginas de “fans”, entre ellas, la de “El Taller del Traductor”. Por desgracia, al ser la administradora única de la página en Facebook de “El Taller del Traductor”, la página no se encuentra disponible. Han desaparecido todos los contenidos que había creado yo en exclusiva.
A pesar de haberme puesto en contacto con Facebook, todavía no sé ni la razón por la cual no tengo acceso a mi cuenta principal, ni si algún día me la reactivarán.
No puedo describir la sensación de impotencia que me invade. La página fue creada en mayo de este año como un canal de comunicación más y se ha convertido en uno de los medios más importantes que utilizo para compartir información útil que no necesita una entrada en el blog. Desde mayo, “El Taller del Traductor” había llegado casi a los 1.000 fans. Quizá alguno se esté preguntando qué ha pasado, pero gracias a la imposibilidad de contar con copias de seguridad, no puedo ponerme en contacto con todas y cada una de esas 1.000 personas.
Todavía sigo batallando por Twitter, pero en España todavía no ha alcanzado la penetración que tiene Facebook. Así que si alguno se quiere subir al carro de Twitter, ¡bienvenido a bordo!
Desde aquí quiero daros las gracias a todos los que estáis al otro lado de la pantalla, ya sea via web, RSS, Twitter o Facebook. Con vuestros comentarios, críticas y apoyos es un placer seguir contribuyendo a la difusión de contenidos relacionados con la traducción.
¡Va por ustedes!
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