Hoy es el día Internacional del Cáncer de Mama, tal y como acabo de leer en el blog de mi Flés.Y por eso, y a pesar de no llenar mi blog de lacitos rosa o de contar experiencias cercanas y familiares relacionadas con el tema, me gustaría decir que estoy con vosotras. Que a pesar de no haberlo sufrido en mis carnes (aún, que por desgracia en esta fucking vida nunca se sabe, y los genes son los genes) sé lo jodido que es y lo mucho que te cuesta sacar fuerzas de la nada y salir adelante cuando padeces esta enfermedad. Un abrazo enorme para vosotras.
Pero también quiero aprovechar la ocasión para hablar de otros tipos de cáncer. Cánceres que no sólo afectan a mujeres maduras, que se aferran a nosotros con mucha más fuerza de lo que pudiésemos pensar. Cánceres que no se curan con quimio, que no hacen que pierdas el cabello pero sí la ilusión por vivir.
Hablo de enfermedades que te retienen en casa, medio a oscuras, sin ganas ni ánimos de salir y rodearte de gente. Que te hacen verte horrible cuando te miras al espejo. Que te quitan el sueño, las ganas de vivir. Que te confunden y te hacen sentir que los que más te quieren son tus enemigos. Que te arrebatan las ilusiones y te hacen sentirte inútil. Que te aislan de todos y de todo. Que te ciegan. Que te hacen ponerte la zancadilla a ti mismo una y otra vez. Que te anulan. Que te obligan a desconfiar y a no dejarte ayudar por nadie. Que te engañan.
Como decía Lope hablando del amor, "quien lo probó, lo sabe". Y yo lo sé. Por eso también os mando un abrazo grande, grande. Aunque no seáis capaces de aceptarlo.