era la una de la mañanaen mis oidos sentí sonar.eran las brujasde aquellos valles,que me veníana mi a buscar.ay,virgen pura, ten compasiónquita la una de ese reloj.toda la noche he bogadoy sin salir de bahía.el barco no se ha varado.yo no sé lo que tenía.....corre niña mía de mi corazónque el barco se ha varado al oir tu voz.
y así, lentamente, imaginando brujas de la una de la mañana en la costa cerca del mar, oyendo el ruido de las olas quietas por el embrujo y el sonido del viento en la ventana se iban cerrando mis ojos mientras mi abuelo cantaba y yo sentía su voz cada vez más lejana y encantada.