Yo no sé si los canguros tendrán sentimientos, pero el que me visitó anoche si tenía. Tanto que me tenía tirada en el suelo y me agarraba con sus manitas o patitas delanteras si podemos tratar de explicarlo, para que yo no me fuera de su lado. Tenía fuerza y yo no podía apartarme de él y quería hacerlo. En el fondo el canguro era tierno, ahora no recuerdo bien si era canguro hembra o canguro macho, pero por su cero instinto de reproducción con mi persona y solo mantenerme aferrada a su ser, intuyo que era cangurita, pero de todos modos no lo puedo asegurar.
Así que ahí estuve, abrazada por un canguro, que me amaba y que no quería que me aparte de su lado. Que tierno.
Yo solo esperaba el momento en que su fanatismo terminase.