Es cierto que el camino es cada vez más arduo y que sin tu aliento a cada paso, es más fácil tropezar en el intento de seguir en pie.Quisiera que tus recuerdos siguiesen sustentando mi boca, y que el cansancio que arrastramos no fuera demasiado pesado para seguir caminando y ser capaces de vislumbrar cualquier horizonte.A veces me digo que he vivido mucho, tanto, que ya nada me sorprende. Que mañana esperaría plácida y sin ningún remordimiento la muerte si llamase a mi puerta.Que cuando te escucho decir que envidias mi vida, no me consuela. Que no me compadezco. Sólo que estoy cansada.A menudo maltraté mi cuerpo, lo cubrí de letanías y lo embriagué de sonatas rojas con nombre de un vodka en cualquier cama capaz de sustentar un efímero instante que no doliese ni dañase.Sin mañanas ni quimeras, ni ilusiones. Vacío de promesas.Que la dignidad es como un trapo que aireas como un estandarte, y que al igual que el orgullo nunca sirvieron para nada. Sentada en este Café de Montparnasse escribo esta nota y la publico desde el móvil.Mientras, sigue cayendo la lluvia, esta puta lluvia, que me cubre de nostalgias esperándote cuando me desespero intentando tan solo seguir viviendo.
Porque el camino es largo… y me voy sola, y a pie.