Cuéntase que se cuenta
que en un tiempo lejano,mal vivía con poca rentaun gachó, un tal Fulano. r por días,venció la desesperanza:a sus tragaderas debíauna magna pitanza.Mal vestido y con su afín hedor,salió de casa el menesteroso;por comer vendería su honor, que por comer… se comería un oso.Buscó en el bosque su sustento,perdiéndose en la espesura,extraviado el conocimiento,justo al borde de la locurafue a confundir por alimentolas cagadas de un Miura.Escaso fue lo ingerido:fue su merienda zanjadapor culpa de un mugidoy la fuerza de la cornadaque le lanzó despedidoallende la arbolada.Como en arenoso desiertocreyó ver laguna al frenteera un charco, si bien es cierto:el que formaba una fuente.Coincidía que arribóla navidad en la comarcay el infeliz imaginóal Rey Melchor llegando en barca.-Oh, majestad, quiero un cordero-.Pidió besando su barba espesa.-Quita coño. ¡Majadero!-.Gritó y se dijo: ¿qué mierda esesa?Y llamaron a un loquero.Mas no era rey, sino marquesa.Reverencia
y despedida.