Revista Diario

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Publicado el 08 diciembre 2024 por Elcopoylarueca

LA NATURALEZA EN LA ANTIGUA GRECIA

A mi hermana Claudia, ceramista.

«Corazón, ¿hasta qué altura extraña llevas mi travesía?»
Píndaro (Odas, Nemeas III)

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Ártemis cazadora, copia del original atribuido a Leocares, escayola, 1970.
(Protectora de la caza, de los animales salvajes, de las doncellas y de la virginidad. Una de las deidades más veneradas por los griegos. Forma parte del panteón de los doce dioses olímpicos).

Belleza y una realidad idealizada, porque todo ideal es ánfora de deseos de superación. El hombre de la Antigua Grecia se retaba continuamente con la intención de esculpir su cuerpo y de enriquecer su mente. Caos y cosmos es una exposición que avala, con piezas muy distintas y donde proporción y armonía casan, lo que aquí describo.

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Lecánide con mujer y Eros, cerámica, figuras rojas, Apulia, Italia, 340-320 a.C.
(Escena de una joven el día de su boda. «Eros preside así, bajo sus diferentes rostros y acepciones, toda acción de los inmortales y de los mortales»).

Honrar a sus dioses, creados a imagen y semejanza del hombre, plasmar cotidianidades, destacar los logros que nacen del pensamiento y del esfuerzo físico…

Honrar a través de representaciones visuales que fijan ideas en superficies planas, donde figuras humanas se muestran en movimiento: siempre están haciendo algo, como deportes, espectáculos teatrales, siembras y vendimias, ceremonias religiosas, guerras…

Honrar con escenas sencillas, figurativas y de líneas puras, donde suelen abundar cenefas geometrizadas, es la intención de las decoraciones de los objetos que provienen de la Antigua Grecia.

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Copa con escena de navegación, cerámica, figuras negras, Ática, Grecia, 525-520 a.C.
(Obra firmada por el alfarero Nicóstenes).

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Plato de pescado con sargo, sepia y pada, cerámica, figuras rojas, Apulia, Italia, 350-320 a.C.
(Curiosidad: el autor «personalizó sus criaturas añadiéndoles una peculiar ceja sobre el ojo»).

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia es un homenaje a los artesanos que «escribieron» la historia de sus pueblos en piezas orientalizantes y en vasijas áticas de figuras negras, rojas o blancas —las blancas, ideadas para facilitar la vida de sus muertos.

Animales salvajes y amansados, objetos, motivos florales, escenas mitológicas, oficios, estaciones del año, centauros, sátiros, medusas, minotauros… son diseñados en barro, piedras y bronce.

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Ascós con escila, cerámica policromada, Canosa, Italia, 400-300 a.C.
(«En la Grecia de Homero, Escila está considerada como un ser híbrido marino que devora a los navegantes que quieren evitar el remolino que provoca en el mar su compañera Caribdis. También acompaña a las almas en el viaje al Más Allá»).

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Escifo con paloma, cerámica, estilo de Gnathia, Italia meridional, 330-300 a.C.
(«En el mundo griego esta ave es símbolo de Afrodita, diosa relacionada con la fecundidad de la naturaleza y con la del mundo de ultratumba»).

Héroes, dioses y hombres, auxiliándose, forman un Uno en Caos y cosmos: un Uno que enlaza individualidad con colectividad, pues en la Antigua Grecia la comunidad no exigía la pérdida de la identidad personal, de modo que lo subjetivo tiene un papel trascendente en su legado; a diferencia de nuestro mundo, que ha cegado al espíritu.

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Nacimiento de Afrodita, relieve del Trono Ludovisi, copia del original, escayola, 1925.
(«Cosmos y Naturaleza son comprendidos como entidades divinizadas y, por tanto, humanizadas, pues los griegos conciben a los dioses a la medida de los mortales. En esta Naturaleza divinizada todo aquello que la integra puede ser sagrado»).

Dramatismo, emoción y una descripción figurativa, pensada para ser comprendida por todos los ciudadanos, independientemente de su condición social.

Las piezas expuestas en Caos y cosmos, algunas firmadas, lo que indica sentido identitario, revelan una gran riqueza de formas de expresión. Pero, sobre todo, revelan que hubo un tiempo en el que para el hombre el arte, la ciencia y la filosofía eran tan importantes como la nutrición —el cereal (pan), el aceite (la luz, la cosmética, la medicina…), el vino (actividades sociales).

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Ánfora con escena de vareo de la aceituna, cerámica, figuras negras, Ática, Grecia, 530-510 a.C.

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Ritón en forma de cabeza de bóvido, cerámica, figuras rojas, Pintor de Tarquinia, Ática, Grecia, 475-450 a.C.
(Cerámica utilizada en ceremoniales masculinos, «donde una misma clase social comparten vino, conversación y diversión»).

En Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia tenemos la oportunidad de contemplar recipientes con muy distintas funciones. También hay réplicas de esculturas célebres y bellas monedas decoradas con insectos, caballos, conejos, plantas, peces…

En las salas del Museo Arqueológico de Madrid, Zeus, Artemis, Dionisos, Afrodita, Eros, Hermes… comparten espacio con animales domésticos y con animales imaginados como «transmisores de los designios divinos». 

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Lecánide con perdiz y joven recostado, cerámica, figuras rojas, Paestum, Italia, siglo IV a.C.
(Vaso utilizado para cosmética o joyas. La perdiz solía adornar piezas femeninas, aunque también era «asociada a la diosa Afrodita y a la fecundidad»).

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Glauca con lechuza y rama de olivo, cerámica, figuras rojas, Campania, Italia, Siglo IV a.C.
(La lechuza simboliza a Atenea, diosa de la sabiduría y protectora de héroes. El olivo representa a la Acrópolis. Se trata de un vaso con función doméstica).

¡Oh…!, pero en la medida en que el hombre de la Antigua Grecia venera a la naturaleza… ¡lucha por domarla!, pues uno de los motores impulsores de la civilización es la lucha de contrarios.

La naturaleza salvaje, hogar de dioses y de seres híbridos, es domesticada por la agricultura, por el cultivo programado de la siembra y de la recolección. Tampoco la fauna se libra del amansamiento al servicio de la polis.

¡Cuántas cosas nos cuentan los dibujos de las vasijas griegas! Es un repaso por las etapas de la vida del hombre: un repaso que no se detiene en la muerte, porque los griegos crearon el Hades y a Caronte con su barca, seguros de que el alma traspasa los límites de la realidad y tiene recorrido oculto.

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Lécito con lucha de machos cabríos, cerámica, figuras negras, Ática, Grecia, 530-510 a.C.

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Ascós funerario, cerámica policromada, Canosa, Italia, 300 a.C.

Érase una vez un pueblo que prestó oídos al universo y consiguió ahondar en sus secretos para beneficio propio. Un pueblo que supo sacar lo mejor de entorno, respetándolo.

Érase una vez un pueblo que construyó su identidad en armonía con la naturaleza, lo que le permitió unas experiencias sensoriales que abrieron su mente, ofreciendo al mundo no sólo herramientas productivas, sino un pensamiento filosófico, matemático y científico, hijo de la unión de razón y espíritu.

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Jinete a caballo, terracota, Beocia, Grecia, 560-540 a.C.
(Animal exclusivo de los nobles aristócratas).

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Cerámica de animales, terracota, barniz negro, Campania, Italia, 350-300 a.C.
(El gallo: «heraldo solar y mensajero de los dioses»).

¡Tanto nos legaron y tanto hemos perdido! Ahora las experiencias emocionales son contempladas como debilidades. Ahora nos regimos por algoritmos al servicio de ideologías. El pensamiento se ha obnubilado, se ha vuelto perezoso y se ha vendido, voluntariamente, a la dictadura de la tecnología virtual.

Hoy no cuestionamos nada, los niños creen que los pollos son esas piedras congeladas de los supermercados y el hombre actual no es como el de las vasijas de barro de la Antigua Grecia, en movimiento y orgulloso de sus logros. ¡El hombre actual reconoce en los emoticonos al Dador de todo lo que posee!

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Abeja, tetradracma de Éfeso, plata, Éfeso, Turquía, 340-325 a.C.

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Gallo, dracma de Himera, plata, Buonfornello, Italia, 550-515 a.C.
(Las monedas son un claro ejemplo de la incorporación de la naturaleza en la vida cotidiana).

Lector, Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia es una muestra que despierta conciencias. Cada pieza expuesta nos recuerda que hubo un tiempo en el que el hombre, inconforme de su saber, buscó, por sí mismo, respuestas que lo situaron en el epicentro de la tierra. Lector, rescatemos, para regresar del caos al orden, el lenguaje de las metáforas y de los símbolos. Recuperemos la intuición, que es confianza en nosotros mismos. 

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Ánfora de vino, cerámica, Massalia, Marsella, Francia, 550-475 a.C.
(Pensaba Eurípides que «el vino hace cesar las penas de los desdichados, cuando se sacian del zumo de la vid, los obsequia con el sueño y el olvido de los males diurnos»).

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Granada, membrillo e higo, terracota, Ática, Grecia – Apulia, Italia, 500-300 a.C.
(Frutos como ofrendas: «… granadas e higos, encarnaciones de la fertilidad, la fecundidad y el renacimiento en el Allende». Y también utilizados como regalos de boda, como el membrillo).

Amigos, sé que las fotografías que les dejo no tienen buena calidad, pues los cristales y las luces de las vitrinas me impidieron la nitidez que merece lo expuesto en el Museo Arqueológico Nacional; sin embargo, creo que sirven para acercar la muestra a tu casa. Los textos que ves entrecomillados forman parte de las leyendas que acompañan a las obras.

Caos y cosmos es ejemplo del poder de la mente humana. Nuestra mente, amigos, es fuerza creadora, dominio, autoridad y soberanía.

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

Caos y cosmos: la naturaleza en la Antigua Grecia.

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