Uso este blog para compartir mis días eufóricos, para gritarle al mundo mis sentimientos, sean los que sean y gusten o no...Lo uso para dejar mensajes ocultos y cifrados que a veces solo yo entiendo, lo uso para mí y porque sí. Lo uso para desvariar sin temor a ser conocida como "la loca" que habla sola, sí, lo hago también, hablo conmigo misma, mientras trabajo, mientras conduzco pero sobre todo, canto todo el día... la canción de turno que me haya tocado el corazón ese día... las repito tanto que hasta mi hija se las aprende... pobrecita.
El caos domina mi vida desde hace unos meses… conozco en parte las razones que me mantienen viviendo en él, otras prefiero no analizarlas en profundidad. Me da un poco de miedo la conclusión a la que llegue.
Antes vivía pegada a mi agenda, a mis listas…a mis alarmas, esas cosas que yo creía me hacían tener un orden relajante, donde yo siempre tenía el control. Apuntaba metas diarias, que después de conseguidas, marcaba felizmente y me daba una palmadita por haber conseguido algo nuevo, por haberme superado otro día… pero de pronto, ya no me importa.
En esta nueva faceta de caos, de momento, clasificado como temporal, la agenda no es ni mucho menos lo primero que miro al sentarme en la mesa de despacho, la agenda de hecho la olvido muchos días y la escondo bajo otros papeles que de forma espontánea han decidido irse a vivir sobre ella y que tampoco quiero mirar ni organizar. A día de hoy, solamente he cumplido un par de pequeñas metas en la lista que tenía a principios de año… sí, así soy yo, en este momento.
Mis horarios son realmente, un proyecto a retomar e intentar reprogramar… duermo a deshoras, caigo rendida en un sofá a las horas más extrañas, soy incapaz de ver una película completa así que las veo por capítulos y finalmente me despierto cada madrugada entre las 4 y las 5 como si tuviese un despertador…es mi hora más inspirada, hay mucho silencio…escucho mi música preferida, nadie me pregunta nada, nadie me interrumpe, nadie cuestiona lo que hago ni por qué esto ni por qué lo otro, hablo conmigo misma y no me importa contestarme en voz alta…lloro si lo necesito, bebo uno o dos litros de agua mientras trabajo, escribo, busco, navego, leo, sonrío, grito y amo en silencio.
De entre todas las cosas que me atormentan estos días y son varias, he aprendido a darme un poco de prioridad a mí misma, a lo que realmente me apetece hacer y lo que no, pasando por encima de mis propios prejuicios y manías. Por encima de opiniones ajenas, de las cuales estoy cada día más curada de espanto, pues observo la facilidad que tienen otros para sacar conclusiones insospechadas sobre cosas que desconocen por completo.
He aprendido que necesito algo más de tiempo para mi, para la persona que soy cuando no estoy ocupada siendo ese ser multitarea que siempre he sido y que me agota de pronto, en sí mismo, hasta el concepto. Así que alquilo días a mi otra yo, esa siempre tan ocupada y me regalo momentos únicos para mi, donde soy esta nueva yo, caótica e incomprendida.
Probablemente, siga habiendo caos y noches en vela… ¿Quién sabe por cuánto tiempo? No sé, esta soy yo, a día de hoy, ni siquiera sé si quiero volver a ser lo que era, ni hasta qué punto me molesta no controlar mi vida en este momento. Me dejo llevar un poco a ver dónde termino. Me dejo llevar porque luchar contra esto, realmente me agota…
Estaré aquí, mientras me queden ideas, mientras me queden locuras para compartir, mientras haya noches en vela y caos en mi corazón.
Estaré aquí por si acaso un día, la otra yo, decide darme una sorpresa y visitarme en este rincón.