Leer es lo que quiero, quiero leer novelas de amor de Corín Tellado, las que ya no quedan en las librerías. Leer aquello que es muy intenso para que mi vida sea más plana, aunque sigo subida una noria o una montaña rusa. Tengo que contarte que sigo viviendo en el alambre, a veces no sé caminar por tierra firme, tropiezo más en llano que en las alturas.
Un día me dijeron que lo que digas después del, pero no sirve o era antes, no lo recuerdo bien, tal vez será después del, pero; mi madre a las manzanas le llamaba peros, aún no sé si tiene sentido, pero en mi casa es muy común. También es muy común llamarle a los picos de pan, palillos, esto tiene que ser el andaluz y sus giros gramaticales llenos de pellizcos.
Sigo siendo igual de caótica salvo cuando cuido de tu sonrisa, ahí soy firme y vigía por sí alguien quiere robarme el puesto.
La empatía y la simpatía para mí son gemelas casi siempre soy simpática excepto cuando veo la injusticia en la cara de una anciana.
Soy de barrio y de pueblo, me gusta el pan con aceite y el café con poca leche y sobre todo que mi casa huela café y a puchero, manías de niña chica; soy la chica de la casa, la niña chica. Hoy me enteré y no aprendí que cuando quiero volar quiero soltar anclajes, será que llevo mucho tiempo en tierra firme y el sonido de las sirenas casi que las oigo desde aquí.Desde aquí me imagino allí y cuando estoy allí ya estoy imaginándome en otro lugar, creo que me da miedo morirme y no poder besar otros labios, comer en otros lugares y ver otras puestas de sol.A ratos creo en ti y otras creo en mí y la mayoría del tiempo creo que el tiempo nunca es perdido, aunque a veces suceda despacio y yo me desespere por ir a oler el mar.