Llegó el verano, los dos terminamos el curso satisfactoriamente con buenas notas, yo sinceramente no me lo podía creer, aquel fue un cruce de emociones, estaba contento por haber compartido tantas cosas contigo y a la vez sentí miedo al saber que a lo mejor no volvía a verte nunca mas, pues a pesar del mucho tiempo que pasábamos hablando, fuera de aquella clase no nos veíamos, teníamos vidas, objetivos y grupos de amigos demasiado diferentes, pero eso no dejaba de ser maravilloso pues a pesar de ser dos personas bastante diferentes con gustos distintos éramos capaces de disfrutar el uno con el otro, de compartir momentos mágicos, especiales.Cuando el curso termino tu y yo sabíamos que había algo mas, hablábamos constantemente, compartíamos cualquier cosa el uno con el otro, todo lo que nos sucedía en el día a día, cualquier intimidad. Luego mi situación personal y de salud empeoro bastante y sin saber ni tener ningún tipo de obligación al respecto tu estuviste ahí de una forma o de otra, sirviéndome de apoyo, hablando conmigo, compartiendo mis problemas, dándome consejos y siendo una fuente de motivación extra para seguir luchando, por aquel entonces seguíamos sin saber lo que sentíamos el uno por el otro, tan solo éramos muy buenos amigos.
En esa época tan complicada yo ya no podía sacarte de mi cabeza y me moría de ganas por saber lo que tu sentías por mí pero en el fondo era joven y tu si cabe lo eras aún más, no sabía si estabas confusa, si sentías algo por mi o si tenías o no novio, tan solo tenía algo completamente claro, que tu estabas ahí en cada segundo de mis días, eras la primera persona en la que pensaba al levantarme y la última que venía a mi mente cuando cerraba los ojos y me iba a dormir, generalmente también solías ser la última persona con la que hablaba por las noches así que se podría decir que tu reforzabas mis ganas de quererte. Se que sin tu inestimable motivación en mi vida hoy no sería quien soy y sé que conseguí superar uno de los momentos más horrendos y devastadores de mi vida gracias a ti, fuiste mi motivación en esas difíciles noches de hospital, nunca te importo estar ahí para escucharme, para devolver mis mensajes incluso cuando ya era tarde y al día siguiente tenías cosas que hacer, siempre estuviste cuando necesite algo de ti, las señales eran suficientemente claras para dar el paso, de todas formas tenía, miedo de echarlo todo a perder, toda nuestra amistad había dado un giro tan mágico en cuestión de meses que me aterraba la idea de poder inmiscuir algo entre medias que pudiera arruinar lo que tu y yo teníamos, no quería perder a mi mejor amiga, no quería que tu te asustaras o me vieras con otros ojos diferentes, quería que esos perfectos y puros ojos claros siguieran perdiéndose en mi mirada, no quería separarme de ti, no quería que del día a la noche me miraras con dudas, no quería que te sintieras incomoda cuando estuviéramos juntos al saber lo que yo sentía por ti y tu no poder corresponder, no quería que unos sentimientos que ni yo mismo era capaz de entender o expresar nos separaran, nos hicieran sentir incómodos, quería que las cosas siguieran siendo iguales.
Cada día que pasaba te necesitaba más y más cerca pero no sabía explicar el porqué, eran demasiadas emociones nuevas en mi cuerpo, cosas que no había sentido por nadie nunca antes, pensaba que sabía lo que era estar enamorado, ahora me doy cuenta que no supe lo que era el amor hasta el día que te conocí ¿Como iba a ser capaz de explicarte algo que ni yo mismo podía entender?, además cabía la posibilidad de que tu también tuvieras dudas, miedo, inseguridad, al igual que lo tenía yo, no podía manejar toda esa ansiedad que me amordazaba, no era capaz de dar forma a todo aquello que sentía para transformarlo en palabras, ni si quiera hoy me siento capaz de poder expresarlo con claridad, los nervios, el miedo, la ansiedad jugaban conmigo cuando estaba cerca de ti cada vez con más fuerza, no quería trasladar toda esa avalancha de emociones directamente a ti, necesitaba tiempo para organizar mi cabeza, calmar mi corazón y apaciguar los gritos de mi alma, pero a la vez irremediablemente el tiempo nos separaba, sentía que te perdía, nuestro tiempo se acababa, moría poco a poco, ¿Y si cuando me decidiera fuera ya demasiado tarde?.
Nuestra historia perfecta de cuento de hadas comenzaba a complicarse, ese sueño en vida que vivía a tu lado comenzaba a enredarse poco a poco siendo un arma de doble filo, el motivo de todas y cada una de mis alegrías y cada vez más el causante de mis mayores miedos e inseguridades, pues bajo ningún concepto quería perderte, no quería que te sintieras incomoda, no quería hacerte daño con una pregunta indiscreta para la que a lo mejor no estabas preparada, no quería que me vieras como a los demás chicos que no ven mas allá de una noche, pues mi interés en ti iba mucho mas lejos, pero me atemorizaba pensar que no me vieras con los mimos ojos, que abrirte mi corazón fuese el inicio de una amistad incomoda, distinta, diferente, no quería que las cosas entre tu y yo fueran a menos sino a mas, no quería que nada cambiara entre tu y yo y al mismo tiempo quería cambiarlo todo radicalmente entre nosotros, pero basándose en alguna experiencia personal del pasado en la que mis sentimientos me jugaron una mala pasada decidí no decirte nada cuando en realidad quería decírtelo todo.
Opte por esperar, por dejar que el tiempo nos fuera separandopoco a poco, deseando que con el paso de los días consiguiera encontrar el valor y un orden lógico en mis palabras para expresar mis sentimientos de forma trasparente y concisa y poder así llegar a tu corazón, si me daban a elegir prefería que el tiempo nos separara para siempre por mi cobardía y mis miedos antes de que el culpable de dicha separación fueran mis palabras precipitadas e inconscientes, cargadas de significado, impulsivas , cariñosas pero sin sentido, estaba amordazado por mis propios sentimientos en una situación que me estaba torturando por dentro, sentía como todas esas palabras y emociones eran frases lógicas en mi cabeza pero al hablar contigo toda esa coherencia se perdía en el aire, me sentía atrapado por tu presencia, torpe, tonto, como si no pudiera ser yo mismo, incapaz de comportarme con normalidad mientras las palabras y las emociones comenzaban a pelearse en mi cabeza mientras los nervios y la ansiedad me trasformaban en alguien que no era pero al mismo tiempo sabiendo a la perfección quien quería ser, ese alguien que estuviera ahí, siempre a tu lado, dispuesto a escuchar tus problemas, soportar tus rabietas, escuchar tu risa, compartir tu felicidad y consolar tus lágrimas, ese alguien que te ayudaría a cualquier hora del día o de la noche, alguien al que abrazar cuando te sintieras sola, esa persona especial a la que le contarías todos y cada uno de tus secretos, tu pasado, ese alguien con quien compartir tu presente y tu futuro, la persona con quien hablas solo por escuchar su voz, la persona que quieres que te acaricie y te tape por las noches, ese alguien con quien acurrucarte en cualquier lado, esa persona que trasforme cualquier momento en algo Mágico, ser yo mismo, estar dispuesto a darlo y hacer cualquier cosa por ti, algo que en mi cabeza tenía sentido pero que era incapaz de trasformar en palabras cuando estaba a tu lado sin que el miedo y la ansiedad vinieran a entorpecer el sentido y significado de mis sentimientos.
CONTINUACIÓN