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Capítulo 45 - Diciembre

Publicado el 02 enero 2011 por Ddmx
Desvaríos:
Diciembre siempre ha sido un mal mes para mi, noticias fúnebres, abandonos sorpresa, es cuando las células crecen y se dividen de forma incoherente.Alguien puede pensar, con todo el derecho, que soy el hijo bastardo y cabrón de Ebenezer Scrooge y el Grinch. No celebro la natividad, la pascua, porque soy judío. Este año hanukkah ha sido desde el día 1 al 9 de diciembre, me ha alegrado mucho la visita del rabino… Bueno, es broma, no soy judío.Pero soy agnóstico, no soy religioso. No conmemoro nada. Si es por designar días a la dedicación hacia los demás, y el buen hacer, prefiero hacerlo durante el resto del año, lo consiga o no.Al tener niños en casa la navidad es motivo, es imposición de celebración. Se agradece tener niños en casa por eso, se celebran de otra forma.
Capítulo 45º
22 de diciembre:
Los obreros han terminado, es mágico este momento para mí, sino fuera por un pequeño detalle. Se han ido pero el ruido sigue. Sé que no es real, porque no percibo vibraciones, tan solo eso, ruido, un gran timbal en la nuca.Voy a al supermercado a comprar pepinillos, de esos gordos medio dulces y también de los otros, los delgaditos y con tremendo sabor a vinagre.Saliendo del supermercado tengo que cruzar un pequeño paso de cebra, es por donde entran los coches al garaje. Son exactamente las 20:36, es de noche pero lo puede ser más.Cruzando, veo que un Renault Scenic del 97 está girando para la entrada al garaje. Cuando estoy apunto de dar la zancada que me haría ponerme en la mitad del paso de cebra pega un acelerón y choca contra mí.Jou jou jou… feliz navidad, me han atropellado ¡Que curiosidad!Me dió tiempo a dar un pequeño salto lateral y poner el codo, acto reflejo.Me pongo recto y voy hacia la ventanilla del conductor. La baja y veo a una mujer de unos 36 años que me pide disculpas.
- Perdona perdona perdona, no te ví con la “cosa” del control de altura, además esta muy oscuro disculpa, no te ví, lo siento.En ese momento me pregunte 2 cosas:1ª - ¿Dónde están las alucinaciones cuando las necesitas? No veía ni diana ni anotaciones ni nada de nada.2ª - La ropa oscura me favorece, pero acabará matándome. Desde mañana iré con ropajes fosforescentes, y me pondré en la cabeza uno de esos aros fluorescentes que dan en las discotecas. Un par de abanicos gigantescos y disco Ibiza loco mia, moda Ibiza loco mia.
- Pero vamos ver ¿usted no ve que ahí hay un paso de cebra, y aunque usted no vea peatones en las aceras, debe reducir la velocidad? – dije esto con semblante sereno y con las manos entrecruzadas-.
La mujer dijo algo más. Detrás de mi, venía una pareja de ancianos que increparon a la señora, por su despiste, o “intento de asesinato”.Notaba flujos de adrenalina rondar mi cuerpo, me encontraba nervioso, pero capaz de mucho. De camino a casa pasé por la pequeña tienda que esta cerca de mi barrio. Me compré 4 red bull.
En casa aproveche el subidón para ponerme a escribir. Bueno, antes de eso, puse un poco de hielo y unté el codo con thrombocid.
23 de diciembre:
Estoy tumbado en cama, recordándome que en enero debo llamar a la clínica a ver si tienen los resultados. Que ganas de que pasen estas fechas. Estoy ilusionado pensando en ese momento, me encuentro a gusto sino fuera por el puto graznido que escucho hace un par de minutos.Paso del tema hasta que veo que se mueve la colcha, justo al los pies de la cama. Empiezo a intuir un par de cuernos que acaban en un cráneo deforme, y una cara que se supone debe causarme algún espanto.
- ¿Krampus? – pregunté-.- Blem blem, te acuerdas de mi ¿no es cierto? – Articuló con sus repelentes labios-.- Joder, llevaba días sin ver este tipo de cosas. Es día 23, no debes estar aquí, no existes, no debes estar aquí, pero estas aquí porque sé quien eres y por eso te veo.
Bajé a la cocina para recibir la noticia. A mi abuela le robaron 300 euros, parte del dinero para pagar a los obreros.Dejó el bolso en un asiento de la cafetería del supermercado. Se le olvidó. Mi hermano pequeño vio a una señora entregando el bolso en atención al cliente. Cuando fueron allí revisó el bolso, concretamente la cartera, para luego percatarse de que faltaban esos 300 euros.El resto de la historia es sencilla. Alcanzaron a esa mujer, vino la policía, y la mujer desmintió que hubiera hurtado algo. Denuncia, y como supongo yo, ahí queda, adiós al dinero. Jou jou jou, feliz navidad, un robo que deja mal cuerpo, que ansiedad.
24 de diciembre:
Me gusta el alioli.Pero que me obliguen a comer langostinos con alioli habiendo limón o mayonesa… Frases hechas que no entiendo: Cuando haciendo referencia a “cualquier cosa”, en este caso comida, la gente dice, “eso no me hace gracia”.
- ¿Quieres gambas?- No me hacen gracia.
Yo ahora digo… ¿No te hacen gracia? ¿Acaso esperas que la gamba se incorpore en el plato, y te haga un puto monólogo, como si estuviera en un plató de la paramount comedy?
25 de diciembre:
- Por cierto, gracias por haber venido, eres un sol.- No mujer, es un placer, no creo que te haga ningún favor.- Tú repite y échate lo que quieras, como en tu casa.- ¿Sabes? Siempre me hace gracia esa frase de “como en tu casa”, en mi casa puedo rajar un cuadro con un cuchillo, o pegarle una patada a la televisión si por error cambio a intereconomia.- ¿Tu? – Se ríe muy dulcemente- No haces esas cosas.- Ya pero, bueno… no sé.- Por cierto ¿Por qué has traído un salero?- No he traído un salero.- Pues hay 2 saleros sobre la mesa, y yo sólo tengo uno en casa.- Bueno, son idénticos, igual venían dos. El típico para la pimienta, y lo guardaste ya que tú no usas pimienta. A saber.Ella se levanta para coger otra botella de vino blanco.- Me voy a echar más bacalao y coliflor ¿Quieres?- No no por favor, estoy lleno, échate tú, como si estuvieras en tu casa – haber si pilla la broma-.- Vale lo tendré en cuenta – vuelve a reírse como una especie de ángel volátil-.- Oye, una pregunta ¿Al final vas a publicarlo o no? – añadió-.- Si bueno, algún día, al cumplir los 50, si llego. Últimamente me asusta, me consume demasiado. No sé si estoy viviendo lo que escribo o escribo y luego vivo – respondí a su pregunta para luego bajar la mirada y ver el plato-.- Eres como las abuelas ¿Por qué me echaste más comida? – pregunté-.- Solamente me eché comida a mí – contestó-.- Pues mi plato esta lleno… Luz… tú… ¿existes?
Continuará…

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