Capítulo 46. Tenerife.

Capítulo 46. Tenerife.

Al día siguiente a Alex y sus padres les tocaba ir a Tenerife, la isla donde estarían más tiempo que en las demás. Alex sabía que iba a ser una experiencia inolvidable para él. Estaba agotado, porque había estado gran parte de la noche hablando con sus primos. Les había contado todo lo que le había pasado aquella tarde. Como para ellos era lo más normal del mundo ir a la playa o nadar, porque veraneaban en Murcia, se mostraron muy asombrados cuando Alex les contó aquello con tanto énfasis en cada palabra.Hablaron durante mucho tiempo y por aquella razón Alex no había dormido mucho, aunque sabía que tendría una hora de viaje en avión para descansar. Tardaron media hora en ir al aeropuerto, aunque aquel día no se le hizo tan larga la espera a Alex, no estaba tan nervioso con la primera vez. Simplemente estaba ilusionado de que fueran por fin a Tenerife, les esperaban diversos buenos momentos en familia.Aquella vez el avión que cogieron era muchísimo más grande que el de la otra vez, posiblemente porque iban más cerca. Aunque eso tendría que ser al revés, que raro… Tal y como Alex pensó, en cuanto se sentó en el asiento y comprobó que nadie más se sentaba cerca suyo. Se durmió, y no despertó hasta que casi el avión toco el precioso suelo de Tenerife.Aunque aquella vez volvería a acordarse de sus sueños, una vez más Sara estaba en ellos.

Estaban en aquel avión aunque no había nadie más en el, Alex se frotó los ojos y bostezó. Miró a su alrededor y de repente vio a Sara. -Hola Alex –le dijo sin más, aunque con una leve sonrisa en el rostro.-Sa… Sara, no esperaba verte aquí –Respondió Alex-. Hola, ¿Qué tal? –Alex sacudió la cabeza, sabía perfectamente que aquella no era Sara realmente, sino un sueño. -¿Por qué no viniste con tus amigos? –le preguntó ella haciendo caso omiso a lo que Alex le acababa de decir.-Ya me ves, mis padres decidieron venir a las Islas Canarias –respondió Alex, aunque sabía que realmente aquel sueño no le diría nada a Sara-. No he podido hacer nada por no venir, son unas vacaciones familiares. Como ya sabes era mi sueño venir aquí.-Pues ahora tendrás que esperar a que tus amigos te cuenten lo ocurrido –dijo el sueño esbozando una leve sonrisa-. Te toca esperar.-Sí, tendré que esperar –dijo Alex-. Gracias por recordármelo –dijo él irónicamente.Sara se empezó a reír con una risita tonta y se volvió a cambiar de sitio, llevaba toda la conversación moviéndose. Lo siguiente que dijo lo dijo desde unos de los primeros asientos del avión, en los que se había puesto de pies. -¿Me echas de menos? –preguntó ella inocentemente-. Te hecho muchísimo de menos.-¿Cómo me vas a echar de menos si no eres más que un sueño? –preguntó acusando Alex, a quién le había molestado aquello-. Yo claro que te echo de menos, no lo dudes ni un segundo.-Alex, aunque parezca que no te haga caso tus palabras son escuchadas –dijo aquellas Sara, “Más de lo que crees” pensó-. Yo te echo muchísimo de menos. Sara te echa de menos, mejor dicho.-Me gusta cuando hablo contigo, es como hablar con Sara –respondió Alex-. Por ahora me sirve verte a ti, gracias.-A mí también me gusta –confesó también Sara-. ¿Te puedo pedir una cosa antes de irme?-Dispara –le respondió Alex.-Sueña conmigo, por favor –dijo Sara, una vez acabada la frase le fue a dar un beso en la mejilla a Alex. Aunque antes de poder tocar su cara desapareció.

Alex abrió los ojos justo cuando el altavoz que comunicaba al piloto con los pasajeros empezó a decir: “Por favor se ruega que se abrochen los cinturones, estamos a punto de aterrizar en Tenerife”

Como Alex nunca había llegado a desatarse el cinturón no tuvo que volver a abrocharse y simplemente esperó diez minutos a que el avión aterrizara y se parara completamente en el aeropuerto de Tenerife.

Cuando bajó del avión fue otro momento inolvidable, la primera vez que pisaba Tenerife. Como cada vez que pasaban alguno de esos momentos sus padres y él se hicieron una bonita foto.Aquella vez como tenían más práctica no tardaron casi ni diez minutos en salir del aeropuerto. Menos tardaron en llegar al hotel, al cual fueron andando. Estaba muy cerca del aeropuerto, a cinco minutos andando más exactamente, pero a Alex se le hicieron largos. Seguía pensando en Sara…Le había pedido que soñara con ella, y eso haría. Todo para verla más a menudo. Como no podían verse en persona, se verían soñando a través de los preciosos sueños. Llegaron relativamente pronto y no perdieron tiempo en dar un paseo junto a la playa por un paseo que había. Bastante largo para el gusto de Alex, aunque sus padres siempre hacían todo más ameno eran increíbles.-¿Mañana qué haremos? –preguntó Alex aún sabiendo que no le iban a responder.-¿Nos lo preguntas de verdad? –Preguntó Jose-. Si quieres que te de una pista… Umm. Díselo tú Bego.-Solo te voy a pregunta una cosa –respondió Bego-. ¿Has dado geología en el instituto?-Sí, me encanta –respondió Alex-. Es una de las cosas que más me gustan y creo que me hago una idea de a dónde podríamos ir mañana. Pero mejor no adelanto nada. -Volvamos ya al hotel, hay que descansar –dijo Jose-. Mañana… Será algo duro. Ya llevaban casi un par de horas andando pero no tardaron mucho en volver al hotel, allí cenaron y se fueron a la cama lo antes posible. Aquella noche Alex no habló con sus primos, tenía que descansar si mañana iban a subir… El Teide.

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