Revista Literatura

Capítulo 56 - Fotografiar

Publicado el 29 enero 2011 por Ddmx
Desvaríos:
9 cajitas aún sin abrir.¿Karma quieres decirme algo?Tengo que “Karmarme”.
Necesito escribir un breve informe de mi situación:
En la seguridad social me dijeron, lo que me dijeron. Lo que en principio no se me había pasado por la cabeza, es lo del examen psicología, y las distintas pruebas, en el centro de donación. Sin embargo están pasadas. 1 – 1. Empate.Es de locos. Parece que no me este medicando, por eso… me sigo notando igual.Tengo que desconectar un pelín de los correos y chats, tengo que aclararme.Unas palabras en una pantalla, en total carencia de otros símbolos afectivos, es un oxígeno muy valioso. Pero no es el aire que necesito.Tengo verdadero pánico, al pensar, que puedo decir la frase del amor, y de la muerte de este: Eres perfecta… pero no eres ella.
Aunque del engaño de la perfección ya le “hablaré” en otro momento.
Noto como si mi cerebro fuera una autopista a punto de colapsarse, y en esta ocasión no es por el exceso de variables, sino por las dudas. Una variable es una duda, pero una duda no siempre es una variable. O igual no.
A ver, razonemos, o indicio de intento de lo anterior mencionado:9 cajitas…. No abiertas… no sé, no me siento preparado para pensar en ello. Aún. Necesito un par de días.
Capítulo 56º
Jueves 13 de Enero: (Por la mañana) 1ª Donación.
No me apetece escribir un relato erótico del onanismo.
Llego. Me hacen esperar. Viene enfermera. Me acompaña habitación. Me deja tubito. Me recuerda donde esta el timbre y el agua caliente. Una cinta funcionaba, pero recurro a la memoria, que es más excitante que Peter North y Anita Dark. Abro bote, eyaculo, cierro bote. Subirse pantalón, lavarse manos, secárselas, poner pegatina identificativa en bote, llamar por el timbre.Firmar 8 páginas.
Adquirí un nuevo conocimiento del proceso. Me refiero del proceso en general. Voy a hacer 10 donaciones, ni más ni menos, una vez concluido esto, hay que esperar 6 interminables meses. En ese momento tengo que volver a la clínica para hacer más análisis, y es entonces; si todo esta correcto, cuando se puede empezar a utilizar las muestras.6 meses es tiempo suficiente para aclararme.
Aclararme sobre esas cajitas, y aclararme en lo que concerniente a mí.
Llega el mediodía, he cogido una cámara muy cutre, que valió la friolera de 10 euros en una tienda de segunda mano. Va con 3 pilas AAA, y se gastan muy rápidamente. Yo llevo 9 pillas por si acaso.
Ya he ido apartándome de las relaciones sociales a través de la red, para no manchar a nadie con mis cosas, pero al menos ese tiempo me ha valido para obtener consejos, uno de ellos podría bien ser, la fotografía.Hay a alguien que le interesa ver mi mundo, así que aprovecho para mostrarlo a más gente.
Jueves 13 de Enero: (Mediodía) Fotografiando
Como ya llevaba conmigo la pequeña cámara, bajé del autobús en una parada que no sería la habitual.
Yo vivo a las afueras de la ciudad, andando desde mí casa hasta el centro, tardo aproximadamente unos 20 minutos. Estoy rodeado de concesionarios, de naves industriales, de desguaces y de talleres. Bueno, y de un “Casaplanta” abandonado, aún teniendo dentro algunos árboles, que sin saber por qué, siguen vivos y coleando… bueno coleando no.
Me dirigí hacia las afueras de mi ciudad dejando atrás el seminario. Fui haciendo fotografías cuando observaba que mis pies me decían algo, y no los dedos, sino las plantas.Me quedaba entre 1 y 2 minutos observando lo que iba a fotografiar.Recordaba perfectamente el camino, lo había hecho cientos de veces cuando tenia vida social.Excursiones al campo, churrascadas, era una sensación de paz y de sentirse arropado, que no habría dinero en este mundo, como para que cesara la deuda.
Cuando llegué justo al cambio de cemento a barro, al cambio de ciudad a monte, se me dio por hacer un video del recorrido. Desde la entrada, hasta “mi sitio”.Algo había cambiado, casi al final del camino no había forma de atravesar el río. Sólo un árbol encima de el, que se bifurcaba en 2 ramificaciones, que si bien parecían resistirme, no eran para tirar cohetes.
Mientras escuchaba el “bolero” de Ravel. Una canción que es un gran ejemplo.En si, técnicamente la canción no sobresale ante otras. El tiempo va marcando cuando se incorporan otros instrumentos, y en ocasiones, algunos de ellos hacen algún redoble, o alguna floritura, para que se te acentúen los escalofríos. El “bolero” de Ravel, es un claro ejemplo, de que la grandeza puede ser sencilla.
Como lo es un árbol sin hojas, o un río cubierto de bolsas de supermercado.Incluso como el ser humano.
Sin duda lo mejor ha sido salir de aquí, para hacer algo que no sea estar aquí.

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