El Gabinete de Prensa, pues, debe disfrutar de la máxima confianza del ministro correspondiente, para que fluya la información, y en este sentido un buen Jefe de Prensa debe reunir una serie de características profesionales y humanas que le permitan hace más llevadero su trabajo.
El DirCom (Director de COmunicación) debe contar con la más absoluta confianza del "ministro/a", pieza clave como hemos dicho. Debe, también, ser lo más competente posible en cuanto a conocimientos y creatividad profesional para desenvolver su papel.
Estos dos argumentos de nada sirven si el DirCom no es capaz de ganarse la amistad y la confianza de todas y cualesquira personas con las que hable... Debe mostrar su aprecio basado en que jamás exista ni la más mínima duda de que carece de dobleces en sus actuaciones, está exento de protagonismo o autoritarismo y que está inmerso en el más sincero afan de servir y promocionar a todos los miembros del organismo público.
Quitar los recelos que provoca muchas veces el ser jefe de prensa es una tarea difícil pero no imposible de llevar. Hacer llegar a todos su capacidad de servicio y hacer "ver" que tienen que remar en la misma dirección, es un trabajo diario. Por ello, el DirCom puede y debe emtir su opinión a los máximos responsables sobre eventuales producciones o acciones concretas del Organismo que pudiesen representar un grave riesgo para la buena imagen de la Institución en la opinión pública.