El gato siberiano, también conocido como el gato del bosque siberiano, se trata de una raza muy antigua de Rusia y que goza de gran popularidad en su país de origen, aunque no es muy conocida fuera de sus fronteras.
Se supone que esta raza se formó gracias al cruce del gato europeo con gatos salvajes autóctonos. Comenzó al popularizarse tras la caída del comunismo en la Unión Soviética, ya que no estaba permitido durante esta época la posesión de animales domésticos como mascotas, debido a la escasez de alimentos que sufría la población. A pesar de la prohibición, algunos granjeros los mantenían ocultos en las granjas, en estado semisalvaje, y se aprovechaban de las grandes dotes de cazador del siberiano para colaborar en el exterminio de roedores.
A partir de la caída del Muro de Berlín, comienza su difusión por Alemania, y posteriormente por Inglaterra. Desde ese momento empieza a ocupar un lugar destacado debido a su espectacular belleza y la gran facilidad que presenta esta raza para la domesticación.
De animal prohibido pasa a ser un símbolo nacional de Rusia, siendo en 1987 cuando se reconoce el primer pedigrí. En Alemania se reconoce en 1989, y en Estados Unidos en el año 1990. Le seguirían otros países europeos en 1992, como Francia y España.
Morfología.
La apariencia general del gato del bosque siberiano es la de un felino de tamaño mediano-grande, su cuerpo es fuerte y con músculos potentes, con espalda larga y ligeramente curvada cuando está en reposo, pero en movimiento adquiere un aspecto totalmente horizontal, su cuello es corto y fuerte y soporta la cabeza con gran majestuosidad . Sus extremidades son proporcionales al tamaño de su cuerpo y terminan en pies grandes y con forma redondeada. Posee una cola proporcionada con el tamaño del cuerpo y cubierta de abundante pelaje. Todo su cuerpo está cubierto de un manto muy abundante y esponjoso que le confiere un aspecto majestuoso y realmente bello.
Su vida suele durar entre 10 a 16 años, y pueden ser monocolores o bicolores. Los monocolores son en colores sólidos como el negro azulado o el rojo crema. Los bicolores son los que tienen cualquier mezcla de color sólido con el blanco. En este grupo, pueden ir en las manchas colores sólidos o cualquier otro dibujo o patrón. Entre éstos encontramos blanco y negro, azul y blanco, rojo y blanco, crema y blanco.
La expresión facial es de dulzura debido a los contornos redondeados de su cabeza, siendo estas curvas las que mejor definen y diferencian el siberiano de otras razas de gatos del bosque.
Cuidados.
Se trata de una raza dotada de una salud de hierro, resistente y realmente dura. No tiene enfermedades asociadas, y por lo tanto no suele presentar problemas específicos. Sus cuidados se reducen al cepillado regular de su manto de pelo, insistiendo en las partes donde abunda el pelo lanoso, como el vientre y la pechera, eliminando de esta manera todo el pelo muerto y evitando la ingesta por lamidos y su posterior compactación en el intestino, dando lugar a la formación de bolas de pelo.
No debemos bañar a los ejemplares de esta raza para no eliminar su particular capa grasa que le proporciona impermeabilización, de esta manera evitaremos que puedan perder protección en climas fríos, lo que les podría acarrear problemas respiratorios.
Cuando salga al exterior es necesario tener precaución con los parásitos internos y externos. Debemos seguir en todo momento las pautas que marque su veterinario, y de esta manera le protegeremos a él y también a nosotros.
Carácter.
El gato de raza siberiana tiene tres características que le hacen destacar entre otras razas: su belleza, su tamaño y, sobre todo, su carácter excepcional. A pesar de su aspecto muy próximo al de un felino salvaje, esta raza es de muy fácil mantenimiento debido a su docilidad y amabilidad, siendo muy adecuado como animal de compañía. Tiene un carácter dulce, cariñoso y disfruta enormemente de la compañía de los seres humanos, demostrando siempre una gran lealtad y fidelidad hacia sus propietarios.
Es muy activo y juguetón, y también muy curioso por naturaleza, por lo que pasa muchos momentos observando su entorno y tomando nota de todo lo que sucede a su alrededor. Es un gran escalador, por lo que no será extraño encontrarlo encaramado en algún lugar alto del hogar vigilando todo lo que pasa en su pequeño mundo.
Algunos ejemplares pueden demostrar cierta timidez, pero con una socialización adecuada pueden ser unos excelentes compañeros de vida de otras mascotas, incluidos los perros.
Alimentación.
Es una raza bastante exigente y selecta con los alimentos. Debemos buscar aquel alimento seco que más le guste, y a ser posible, elegir uno que sea de alta gama. De esta manera estaremos seguros de suministrar todos los nutrientes necesarios para su correcto desarrollo y el mantenimiento de su formidable estructura. De vez en cuando podemos premiar su paladar con alguna golosina, como atún natural o carne (siempre guisada).
La imagen general del siberiano transmite elegancia, fuerza, potencia y una excepcional condición física, y al igual que el resto de gatos de la raza, el ejemplar atigrado tiene un cuello corto que no le resta un ápice de majestuosidad.