EFE
Cardenal pecado, su nuevo trabajo
Un museo de Liverpool (norte de Inglaterra) exhibe desde ayer el busto Cardenal pecado, una nueva obra del artista callejero británico Banksy, en la que arremete contra los abusos sexuales de la Iglesia católica.
El conocido grafitero ha manipulado el rostro de un sacerdote del siglo XVII con un mosaico de pequeños azulejos, para dar el efecto de una cara pixelada.
Con ello, Banksy imita las caras veladas por los medios de comunicación para ocultar la identidad de las víctimas de abusos sexuales, según explicó un responsable de la Galeria Walker de Liverpool.
A través de un comunicado emitido por ese museo, el misterioso artista explicó que se trata de un regalo de Navidad para la institución de Liverpool, que cuenta con una importante colección de obras de arte desde el siglo XIII hasta la actualidad.
“En estos momentos del año es fácil olvidar el verdadero significado de la cristiandad, las mentiras, la corrupción, el abuso”, explicó el grafitero de Bristol (oeste de Inglaterra), que oculta de manera obstinada su verdadero nombre y rostro.
Banksy asegura que nunca ha estado seguro de “quién se merece ser puesto en un pedestal o ser aplastado por uno”.
La directora de los museos nacionales de Liverpool, Reyahn King, confesó que estaba “encantada” de poder exhibir el trabajo de “uno de los mejores artistas contemporáneos”.
La escultura se muestra en una sala junto a maestros de la pintura del siglo XVII por expreso deseo del artista callejero, según reveló el museo.
Más en concreto, Cardenal pecado se puede ver junto a un retrato del arzobispo de Sevilla de Murillo y La Virgen y el niño con santa Isabel de Rubens.
El misterioso artista, del que nunca se ha publicado una sola foto, ha conseguido ser uno de los más cotizados en el mercado internacional a pesar de su carácter reivindicativo y antisistema.
Se trata de la segunda vez que polifacético creador, conocido por sus subversivos grafitis desbordantes de humor negro, crea un trabajo para una galería o museo, después de que el Museo de Arte de Bristol le dedicara una exposición en 2009 que fue visitada por 300 mil personas en doce semanas.