Zanón, un autor recurrente en este blog, regresa con esta novela en la que sigue la senda narrativa iniciada por otras obras anteriores. Lo malo, al menos para un servidor, es que la prosa afilada y con frases cortas de antaño, se ha convertido en un desarrollo argumental enrevesado y largo.
Esto no quiere decir que la novela sea mala, para algunos será el descubrimiento del autor, pero sí es distinta a las que nos engancharon a su forma de escribir. A destacar el uso que hace de Sandino, el personaje principal, que recorre Barcelona con alguna que otra reminiscencia de Cortázar en la estructura y de Bukowski al final de la obra.
Como novela funciona si tienes la paciencia suficiente de permitir que los personajes entren en tu vida.