Termina así la trilogía protagonizada por Elena Blanco y lo hace con una obra que tiene muchos elementos de las dos anteriores, pero que añade una importante vuelta de tuerca en lo que respecta a lo sórdido y a la propia vida de los protagonistas.
La venganza, el miedo, la ignorancia y una narrativa fluida son los pilares de una novela que bien puede ser la mejor de las tres y que viene a confirmar que Mola no es un flor de un día, sino una enorme autora que, como hicieran otras, prefiere alejarse del mundillo cultural para centrarse en escribir grandes obras.
Nos sigue sorprendiendo el uso de elementos castizos, alejados del género negro de otras latitudes y siempre con elementos cercanos, directos que te hacen conectar más fácilmente con lo que estás leyendo. De ti depende leer una novela perfecta o bien pensar que es un bestseller más.