Sí, es carnaval. Mucha gente lo vive, lo disfruta, lo sufre, lo siente. Y yo lo observo. Me disfrazo con muchísimo gusto, de hecho el día de mi cumpleaños va a coincidir con el domingo antes de carnaval así que me imagino que ambas razones van a ser un cocktail peligrosamente potente de celebración.
Por todo el ambiente festivo que rodea mi rutina esta semana, quiero dedicarle un espacio pequeño y acogedor en el blog a esta fiesta pomposa y poco discreta. Pero desde el punto de vista psicológico claro (en este caso de la psicología social). No vamos a perder el norte.
En carnaval, todo vale.
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