Recuerdo que guardé silencio intentando apurar aquellos momentos de felicidad irrepetible. Recuerdo que lloré, muerta de miedo, por no decirte que yo también me llamaba Manuel.
Revista Talentos
—Tendremos dos querubines. Uno se llamará Manuel, como yo; y el otro María, como tú; y tendrán los ojos del color de los océanos.
Recuerdo que guardé silencio intentando apurar aquellos momentos de felicidad irrepetible. Recuerdo que lloré, muerta de miedo, por no decirte que yo también me llamaba Manuel.
Recuerdo que guardé silencio intentando apurar aquellos momentos de felicidad irrepetible. Recuerdo que lloré, muerta de miedo, por no decirte que yo también me llamaba Manuel.