Me ha sorprendido gratamente Carretera maldita. A juzgar por su portada y por una breve sinopsis que leí hace muchos años (ya no leo sinopsis, son aún más reveladoras que las de las películas), pensé que estaríamos ante un intenso thriller de disparos, cadáveres a mansalva y mucha, mucha acción. Pero en lugar de aquello King propone algo mucho más complejo y profundo que eso: este libro es un pausado viaje (o descenso), cocido a fuego lento, hacia los infiernos de la rabia, la desesperación, el vacío, la negrura total, a través de una prosa cruda, seca, a veces lacónica, que también es el resultado de una mirada dotada de gran empatía y compasión por sus personajes, profundos y de carne y hueso, brillantemente construidos en toda su amplia gama de matices, particularmente su atribulado protagonista, gerente de una cadena de lavandería industrial, quien comienza a perder toda estabilidad y sentido de las proporciones cuando la innecesaria ampliación de una vil autopista provoca que, por temas de expropiación, tenga que abandonar su casa, ese hogar en donde ha vivido años con su esposa y el que albergó los mejores y más felices recuerdos con su fallecido hijo (producto de un tumor cerebral), y relocalizar la lavandería en donde lleva trabajando aún más tiempo junto a toda una planta de empleados que, a estas alturas, es también como una segunda familia.Entonces la novela es como la crónica en la vida de un hombre que por fuera actúa más o menos normalmente pero que por dentro va surcando lodosos derroteros bajo una lluvia permanente y lacerante, asolado por un huracán de dolor reprimido y luto no superado, la historia de un personaje profundamente herido y solo, acorralado en un callejón sin salida y sucumbiendo bajo el peso de su propio derrumbe personal. Es un retrato, por lo demás, nada complaciente ni indulgente, consciente de todas las contradicciones de su protagonista, pero como dije más arriba, dotado de gran empatía y comprensión hacia todas las desventajas que van minando su psiquis. Es también un retrato profundamente crítico, furioso alegato, hacia las circunstancias sociales y políticas, ambientada la novela en los años de Nixon, la crisis del petróleo, en donde las autoridades le cargan el peso de los sacrificios a los ciudadanos en lugar de a las grandes empresas y compañías contaminantes (se sabe que esas industrias contaminan más en un día que lo que contamina un hombre común en toda su vida), en donde el sistema es un burdo engranaje burocrático y sin alma, en donde las decisiones estructurales no obedecen al bien común sino a criterios económicos y de enriquecimiento, en donde la separación de los ámbitos público y privado no es más que una cortina de humo... en definitiva, un sistema inhumano que sólo ve números y signos de dólar, no individuos e historias particulares, reducidos a meras piedras prescindibles que con un poco de limpieza dejan de estorbar en el bien engrasado funcionamiento de esas ruedas dentadas.Aparte del protagonista, demuestran el cuidado con que King construye personajes un variado abanico de seres igualmente asediados por sus propias cuitas, como por ejemplo una joven autoestopista sin futuro que vislumbrar, un singular mafioso, la esposa del protagonista, un alto ejecutivo más mezquino de lo que su glamorosa fachada sugiere, una especie de cura dedicado a ayudar a los más desamparados, y así... Un cúmulo de seres humanos y circunstancias que nos sumergen en este estado de cosas brutal, bajo un pesado clima de desesperanza y silencio (el ciudadano debe callar), y que nos conducen, de manera rotunda y contundente, con el pulso firme de un thriller, a un desenlace devastador y triste, realmente triste y devastador, sobre todo por el efecto de esa prosa ya mencionada, que si bien es en tercera persona desde la perspectiva de un narrador omnisciente, nunca abandona al protagonista y de hecho replica constantemente ese hervidero mental que tiene dentro de sí, ese tira y afloja entre sus propias pulsiones de superación o abandono, de salir del pozo hacia la luz o dejarse devorar por un nihilismo salvaje y visceral. Replica y revela cuán terriblemente herido se encuentra, cuán lejos de una redención, salvación o cualquier otro concepto similar.Sin duda, una novela que deja marca (amén de un peso psicológico que llega a doler y de un crudo realismo que enfurece) y que yo les recomiendo encarecidamente. Potente, tremebunda novela. Curioso que King haya decidido originalmente publicar este potente libro bajo seudónimo...
18 préstamos desde abril del 2017, "Carretera maldita" ha tenido una saludable y movida actividad. 2018 su año de gloria. Incluso tuvieron que comenzar a timbrar las fechas en el reverso, ya que como no lo hicieron eficazmente en su ficha oficial, con timbres mal puestos, chuecos, incluso hay uno duplicado, por lo que en realidad han sido 17 préstamos... Qué decepción, gente, qué decepción... Tanto cuesta un poco de orden, digo yo.