de Stephen King
El escalofriante caso de una joven de apariencia insignificante que se transformó en un ser de poderes anormales, sembrando el terror en la ciudad. Con pulso mágico para mantener la tensión a lo largo de todo el libro, Stephen King narra la atormentada adolescencia de Carrie, y nos envuelve en una atmósfera sobrecogedora cuando la muchacha realiza una serie de descubrimientos hasta llegar al terrible momento de la venganza.
En marzo de este año se iba a estrenar una nueva adaptación del libro, protagonizada por Chloë Moretz (aunque finalmente no verá la luz hasta octubre), por lo que he aprovechado las navidades para releerlo. Y, para mi sorpresa, en lugar de aburrirme me ha gustado tanto como la primera vez.
Y es que el personaje de Carrie White es simplemente fascinante. Es una chica inocente, buena, acostumbrada a las humillaciones a las que la someten sus compañeros de clase y las vejaciones de su propia madre, una fanática religiosa para quien un simple roce ya es pecado. Pero nadie aguanta tanto sufrimiento eternamente, y cuando Carrie finalmente estalla, sus poderes telekinéticos siembran el caos en la ciudad.
El estilo del autor es quizás lo que más me ha fallado. No es que sea mala, pero he leído muchas de sus obras desde la primera vez que leí esta, y se nota. Su prosa ha evolucionado y mejorado con los años, por lo que en este sentido releer Carrie ha sido dar un pequeño paso hacia atrás. Sin embargo, los elementos propios del estilo del autor ya estaban presentes en esta primera novela, por lo que sigue habiendo muchos elementos familiares.
En definitiva, esta es una novela perfecta tanto a los amantes del género y conocedores de la obra de Stephen King como para los que deseen adentrarse en ella. Aunque tiene escenas fuertes no es una novela gore ni de terror, por lo que no tenéis excusa. Recordaréis su nombre.
Historia:
Ritmo:
Lo mejor: El personaje de Carrie.
Lo peor: Algunos aspectos de la trama podrían haberse explotado mejor.