Qué bonito es cuando te dicen que lo estás haciendo bien, que nuestro trabajo es valioso y creativo, que somos los mejores padres para nuestra hija, que la dedicación exclusiva es una opción en la crianza y que es la mejor elección precisamente porque la hemos elegido. Que evidentemente hay muchas maneras de hacerlo y que hay muchas cosas a mejorar pero que estamos en el camino, que no es un golpe de suerte ni es la situación más fácil a la que nos hayamos enfrentado antes, sino que hemos luchado juntos para que así sea, que nos hemos sobrepuesto a las dudas y los conflictos internos y que seguimos haciéndolo. Y que así queremos vivir nuestra vida y así queremos vestir a nuestra hija y que si a los nueve meses no lleva zapatos es porque no camina, que si no le hacemos pendientes es porque no los necesita, que si no la vacunamos hasta los 8 meses es porque nos informamos y así lo creímos conveniente, y que si come con las manos es porque consideramos que es la mejor forma de alimentar a nuestra hija y sobretodo que si no os pedimos opinión, no tenéis porque dárnosla: os queremos y os respetamos igual y sobretodo que vuestro momento de la crianza ya pasó o ya vendrá y seguramente lo hicistéis lo mejor que pudisteis y supisteis; ahora nos toca a nosotros hacerlo cómo mejor creamos, podamos y sepamos. Así que gracias a todos. Solamente pediría respeto y cuidados máximos para las familias recién nacidas con hijos en brazos a los que sostener para poder sostenerlos bien. Muchas gracias madres, padres, abuelas, tíos, tías, primos, primas, vecinas, pediatras, expertos, médicos, infermeras, amigas,... lo estamos haciendo a nuestra manera y necesitamos que nos respetéis para la seguridad y bienestar familiar. No necesitamos tantos consejos, ni regalos, ni flores, ni más ropa de bebé, ni tuppers de comida aunque siempre vienen bien, necesitamos amor y palabras de apoyo y comprensión porque nosotros tampoco somos superhéroes, ni superpadres, ni superwomen. Y a veces, sobre todo en momentos de debilidad perdemos la fuerza, la seguridad y la confianza que nos caracteriza como padres de nuestra hija y para esto también está la familia para apoyarnos y acompañarnos, para comprendernos, respetarnos y nombrarnos. Por eso, os pido de corazón: RESPETO, AMOR y COMPRENSIÓN. Seguramente eso que pido ahora-aquí no haya sabido decirlo antes con palabras bonitas, esas mismas que deseo que me regalen a mí, así que a partir de ahora me comprometo al arte de la comunicación creativa, también a nivel doméstico y familiar.
Pd. Texto escrito después de leer una carta de un infermero indignado y algunas semanas después de hacer una sesión de terapia en pareja y recibir unas palabras bonitas de nuestra terapeuta del amor que me acariciaron el alma, después de nueve meses maternando a Sofia nadie nos había dicho: "lo estáis haciendo muy bien". Gracias Eli.