Revista Diario

Carta de un antiguo enurético

Publicado el 16 marzo 2011 por Stornel
Carta de un antiguo enurético
Ojalá pudiera encontrar personas como A., el remitente de esta nota. Me emociona ver como "veteranos" me hacen llegar los problemas que pasaron en su juventud. Yo les animo a seguir por ese camino y rebelarnos contra la nueva edición de "Catálogo de Enfermedades Mentales", DSM-V, que se publicará en Mayo de 2013, en el que seguirá incluyendo a la enuresis nocturna como ¡un trastorno psiquiátrico!. Parafraseando a Stèphane Hessel: Indignaos.
Estimado Dr. García Tornel:

Hoy he visto su video sobre enuresis.
Me interesaron mucho sus explicaciones y como de niño y adolescente he padecido ese problema, molesto su atención para comentarle acerca de mi caso, pensando que su conocimiento podrá quizás serle de utilidad.
Hoy tengo 70 años de edad, y de niño he padecido de incontinencia urinaria nocturna casi todos los días.
Muchas de esas noches soñaba que vaciaba la vejiga estando despierto y en ese momento orinaba dormido.
Mi padre solía despertarme al menos una vez en la noche para que orinara, en el intento de evitar que mojara la cama.


Fueron pasando los años y el problema persistía.
Solo a la edad de diez años con motivo de una consulta médica me indicaron la construcción y uso de una especie de despertador que debía funcionar al mojarse un contacto (es decir al comienzo de la micción). Finalmente no se construyó ni por supuesto se utilizó el dispositivo.
A los 20 años fuí llamado a prestar servicio militar, e ingresé con el temor de mi problema nocturno.
La sorpresa fué que durante todo el transcurso de estancia en el cuartel, salvo en una oportunidad, no tuve incontinencia nocturna. Ese comportamiento positivo se extendió a las noches que pasaba fuera del cuartel y con posterioridad a mi baja, solo en dos o tres oportunidades en 50 años oriné la cama.

Nunca me prescribieron medicación alguna (estamos hablando de las décadas de 1940 y 1950).
Le ruego disculpe la molestia que le ocasiono con este mensaje, que reitero le envío al solo efecto de que pueda serle de utilidad.
Quedo a su disposición.
Ni que decir tiene que le he enviado una carta de agradecimiento y le he pedido permiso para publicar la suya. Si se fijan en el detalle a los 20 años todavía tenía ese problema y se intuye la ayuda del padre para solucionarlo. Para mí este caso es muy interesante. A pesar de los conocimientos actuales algunos pacientes dejan bruscamente ese problema sin ninguna explicación evidente. Es un hecho relativamente común y no encuentro explicación posible en los sesudos tratados sobre el tema. Que hay algún factor psicológico o mental es evidente

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