En el ajedrez al terminar el juego tanto el peón como el rey van a la misma caja.
Cometí un imperdonable error: nunca llevé un registro de todas las conversaciones que tuve con Silo. Comprensible pero injustificable. Fueron tantas y durante tanto tiempo, que necesito construir una bitácora, un registro de mas de 28 años de compartir momentos. Y aprender. En diferentes contextos, casi siempre centrados en la cotidianeidad, el objeto banal de las relaciones superficiales generalmente, cuando había tiempo y ganas, devenía en las profundidades de la filosofía, sociología y el insondable ser humano en su devenir. Era un juego de ida y vuelta. Un tácito acuerdo de relación de seres dispares, compartiendo temas, no siempre en total concordancia.
Sobre su obra literaria no voy a opinar en esta oportunidad y, siguiendo al semiólogo Roland Barthes -quien dice que el autor real se disipa-, centremos la atención no en aquello que ha pretendido decir, sino en lo que el lector percibe y entiende, en lo que interpreta y comprende. Por eso, al morir el autor nace el lector. No hay mejor intérprete de la obra de un autor, que la obra misma. Lean a Silo.
El mundo es un lugar un poco mejor luego del pasaje por la vida del Negro. Hablar de Él, es hablar de Ana Luisa, inteligentísima y mordaz, fue mi Némesis en las discusiones que estuvo presente, que con el correr del tiempo y de los vaivenes de los acontecimientos, logramos la concordancia. No fue tarea fácil: obra de la infinita paciencia de Silo. Y luego ella, en algunas ocasiones, fue mi aliada en algunos temas.
Ha sido sin duda, un apasionado defensor de la integridad humana. De una estatura singular en el conocimiento de las cosas fundamentales del alma humana. En la emergencia del vacío postmoderno, su obra brilló por plantear una búsqueda de sentido, un fin, un destino a la existencia, por encima de las mezquindades y pequeñeces del atontador consumismo sistémico. Quedaron en el tintero tantos temas pendientes: por ejemplo, una discusión sobre Kant y la racionalidad, o sobre el antihumanismo teórico de Louis Althusser. En otro momento las terminaremos.
Chacras de Coria va a extrañar su reconfortante presencia, humilde y amable, sus amigos y conocidos del pueblo buscaremos anécdotas para afirmar su lucha por la paz entre los hombres. Y siempre que se hable del tema, el Negro va a estar presente.
Guri 20/9/2010
Nota: Casi siempre solo o en familia, durante 25 años consumió Helado de Frutilla a la Crema, helado de un solo gusto. Pero en los últimos años cambió a Granizado. Siempre helado de un solo gusto.
Cosas vederes, Sancho