Fue fundada en el 227 a.C. como Qart Hadasht por el general cartaginés Asdrubal sobre un antiguo asentamiento ibérico. Se convierte así en capital del reino cartaginés de Anibal, partiendo desde aquí con sus elefantes camino de Italia.
Es reconquistada durante la Segunda Guerra Púnica, por el romano Publio Cornelio Escipión en el 209 a. C. pasando a denominarse Carthago Nova.
Entre finales del III a.C. hasta comienzos del II d.C., es su época de mayor apogeo, siendo capital de provincia. Destaca su enclave por su reforzada ubicación frente al mar (permitiendo una fácil defensa) y por la riqueza de su sierra minera (ver anterior entrada en blog).
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En la edad moderna, se potencia el papel militar de la ciudad, convirtiéndose en el siglo XVIII, en capital del Departamento Marítimo del Mediterráneo. Se construye así, el Arsenal y un buen número de castillos y cuarteles ayudando a la fortificación de la ciudad.
Ya a finales del XIX y durante el siglo XX, la economía de la región se centra en la explotación de minerales.
Hoy, agotado ya el filón del mineral, su economía está centrada en el mercado naval, el refinado del petróleo, exportación de productos de la huerta y licores. De igual modo, mantiene su histórico carácter defensivo, siendo una de las principales bases navales del país. Sede entre otras, del Almirantazgo de Acción Marítima, la Base de Submarinos de la Armada Española, de los buques de cazaminas y dragaminas o del Tercio de Levante de Infantería Marina.
Visitando la ciudad durante los últimos años, vemos un constante lavado de cara. Destaca la renovación de todo el paseo marítimo, donde disfrutamos ahora, de una amplia zona peatonal con distintas esculturas, museos, muchos de sus antiguos edificios adecentados y diversas zonas de ocio. Se nota que el sector terciario, va ganando importancia.
En ese recorrido podemos acercarnos a ARQUA, o Museo Nacional de Arqueología Subacuática. Conservándose en su interior, materiales arqueológicos relacionados con el tráfico marítimo del Mediterráneo desde los fenicios.
Un paseo por la ensenada de su bahía en barco, nos hace testigos de ese pasado militar. A nuestro alrededor, castillos, fuertes y baterías, que en muchos casos podremos visitar.
Por ejemplo, el Fuerte de Navidad, al que podemos acercarnos en barco y cuya posición cruza fuego con la batería de Santa Ana.
Hasta hace poco tiempo, también localizábamos en el paseo, el icónico submarino de Isaac Peral. Primer submarino propulsado eléctricamente. Hoy creo que se ha trasladado su ubicación original, al Museo Naval. Una pena y perdida para el propio paseo.
Otra visita obligada si pasamos por la ciudad es su Teatro Romano y su museo. Diseñado por Moneo y accesible desde la Plaza del Ayuntamiento, tiene como finalidad su integración en el tejido urbano. Aprovechando varios pasos subterráneos se extiende el museo, para culminar en el propio teatro romano.
En nuestro recorrido por la zona marítima, en la calle Gisbert, otra de las opciones es visitar el Museo Refugio de la Guerra Civil. La ciudad fue una de las más castigadas durante la guerra por la aviación franquista. Para reguardar a la población, se construyeron una serie de refugios a lo largo de toda la ciudad y el museo nos cuenta y da detalles, de esas construcciones y época de la historia.
El acceso al museo se realiza por la torre ascensor panorámico de 45 metros de altura que nos lleva al parque Torres. Aconsejo la subida, ya que desde el parque tenemos una buena panorámica de la ciudad.
Tomamos ahora el ramal de la calle Mayor desde la Plaza del Ayuntamiento. Siempre en constante movimiento y suma continuada de restaurantes, bares y comercios. Un buen sitio, para hacer una parada para refrescarnos, degustar unas tapas o comer algunas de las especialidades de la zona.
No perdamos detalle de los edificios que nos rodean. Una buena muestra de estilo modernista, que sitúa a Cartagena, entre las ciudades más importantes de la peninsula en este tipo de arte. Los edificios datan del siglo XIX comienzos del XX, momento en el que la burguesia se instala en la ciudad. Destaca sobremanera, los trabajos del arquitecto Víctor Beltrí. Algunos ejemplos son: el Casino, la Casa Cervantes, el Palacio de Aguirre, el Ayuntamiento o el Gran Hotel.
Para cerrar la entrada, ya que Cartagena da mucho de si, me han llamado la atención muchos de los trabajos de arte urbano, repartidos por la ciudad.
Como veis, Cartagena nos ofrece un amplio abanico de posibilidades en su visita. Las anotaciones del blog, solo es una breve muestra. Quedan otro gran número de museos, sus playas, una visita la sierra minera, recorrer el resto de fortificaciones, seguir sus rutas barrocas y contemporáneas y por supuesto, su Fiesta de Semana Santa (declarada de Interés Turístico Internacional).
Finalizamos con algunos rincones más de la ciudad.
El resto de imágenes de Cartagena en mi galería de Flickr. Para acceder pulsa aquí.
Por Luis A. López Fotografía (Señor L)
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