El caudaloso río Sil a su paso por tierras de Orense, cerca de su desembocadura en el Miño (¿o debería ser al revés y sentar que es el Miño el que desemboca en el Sil? Si atendemos a caudales...)(Fotografía de Isabel Martínez Barquero)
A Juan José Miranda
Ha sido una experiencia alucinante, de esas que no se olvidan nunca. Observar mi propio cuerpo en el fondo del río mientras una inmensa paz abría un camino de luz en la orilla, que se perdía en un cielo por fin alcanzable, no es visión ni emoción de las que se consiguen a diario. Lástima que siempre haya algún héroe dispuesto a salvar a los niños traviesos.---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Nota.- Este microrrelato ha quedado finalista en el III Premio Internacional de Microrrelatos Museo de la Palabra, al que se presentaron 22571 microrrelatos procedentes de 119 países. Por si alguien desea leer el relato ganador, aquí dejo un enlace, en el que, además, podréis comprobar el revuelo levantado al no ser dicho ganador un relato original ni inédito, amén del plagio. ¡Concursos y listillos!