Casi genial, de Benedict Wells

Casi genial
de Benedict Wells
Este es uno de esos libros que empiezas a leer sin expectativas, sin recomendaciones. Vas pasando páginas casi como un robot, una tras otra, una tras otra. Crees que no te está gustando mucho hasta que sorprendes a sus protagonistas dando paseándose entre tus neuronas como Pedro por su casa. Casi genial es un libro que no impacta, pero que inexplicablemente se agarra a ti y no te suelta.
¿Y si la sangre de un genio corriera por tus venas y tuvieras la posibilidad de hacer realidad tus sueños?

Eso mismo le pasa a Francis, un joven de diecisiete años que se considera un fracasado, nunca ha conocido a su padre y vive en un pueblecito de Nueva Jersey con su madre. Pero cuando descubre la rocambolesca historia que hay detrás de su concepción, un mundo de posibilidades se abre ante él. Acompañado de dos amigos, Francis emprenderá un alocado viaje en busca de sus orígenes y de su destino.
Simplicidad. Es la máxima de Benedict Wells. Ni la trama tiene grandes giros ni el estilo es recargado. No es algo negativo: la simplicidad bien utilizada puede ser una gran arma. Wells consigue atrapar al lector sin hacer grandes acrobacias narrativas, contando la historia de un chico en busca de su padre. En la presentación de Casi genial en Barcelona, el escritor contó que había escrito unas siete u ocho versiones de la novela, en las que variaba el carácter del protagonista y también la forma de narrar la historia.
Eligió un tono neutro porque no pretende que su novela se convierta en una guía moral. No pretende que Francis guíe los pensamientos del lector. El autor deja a solas a la historia con el lector, sin intermediarios, sin valoraciones ni opiniones. Uno debe tomar partido, formarse una opinión propia a medida que lee sin ninguna influencia externa. Resulta algo extraño, porque no es habitual, pero al mismo tiempo esa característica lo convierte en un libro diferente.
Los personajes están muy bien definidos, aunque en algunas ocasiones he tenido la sensación de que caían en lo caricaturesco. Me ha encantado el hecho de que absolutamente ninguno de los personajes me gustara especialmente; de hecho, de haber podido le hubiera metido un buen guantazo a más de uno. Eso es positivo porque a pesar de que hay personas que juzgan los libros según el amor que les despiertan sus personajes, yo creo que una novela debe valorarse en su conjunto: todos los personajes de Casi genial juegan un papel concreto dentro de la novela y son perfectos para sus papeles. Son perfectos y esa perfección prevale sobre mis sensaciones personales.
Ni los personajes ni el estilo me han encandilado (un estilo impecable, pero no del tipo que consiguen meter su historia debajo de mi piel y enamorarme) y, sin embargo, el sabor de boca que me deja la novela es muy bueno. Lo que me ha atrapado ha sido el mensaje de fondo: las casualidades, la predisposición genética y personal al fracaso o al éxito. Después de escucharlo hablar y conocer un poco más de su vida, es evidente cuánto de él mismo ha volcado en su novela. Casi genial es especial porque es una obra personal en la que el autor ha conseguido silenciar su voz, pero no sus inquietudes.