"CASI SE REPITE LA HISTORIA" (1ª PARTE)
Publicado el 07 mayo 2010 por Lunaxx7Una de las últimas relaciones que tuve antes de conocer al que es ahora mi marido, fue tormentosa y turbia. Conocí a un chico. Yo vivía sola en ese momento y se plantó a vivir en mi casa al mes, sin yo pedírselo, con escusas, que yo, por probar y ver que pasaba, pero sin estar segura de nada, acepté. Resultó ser un chico como los que yo solía encontrar, agresivo, manipulador, y yo, me empecé a dar cuenta y le dije que se fuera. Se fue.Inexplicablemente me había enamorado de el y al cabo de cuatro o cinco meses volvimos a tener contacto y reanudamos la relación. Duramos un mes, y en ese periodo, me quedé embarazada de la que es mi primera hija. Uno de mis grandes tres tesoros. Lo volví a echar de casa, ya definitivamente, cuando me agredió una tarde, sabiendo que estaba embarazada, con la policía de por medio tras denunciarlo.
En uno de sus enfados, estando de visita en casa de su familia, me dejó encerrada desde las 9h de la mañana hasta las 13h, en una habitación, no podía abrir la puerta y lo único que me mantuvo con cordura y valentía, fue ese pequeño ser que crecía en mi vientre, por ella aguanté, lo menos nerviosa que pude, por temor a perjudicarle. Su existencia me hizo sacar valor de donde no lo tenía. Estaba sola a 3000km de mi casa. Tenía claro seguir adelante con la gestación, a pesar de todo y todos.
El embarazo lo pasé sola, a trompicones con retomadas inútiles de la relación, una semana como mucho, volvíamos a discutir, pero sin vivir juntos claro, y dejabamos de vernos otra vez. Fue una época de mucha inestabilidad. Este embarazo no hizo mucha gracia a nadie de mi familia, bueno, como ninguno de los que he tenido, todo hay que decirlo.
Después ya si, a medida que avanzaba la gestación, ya le iban tomando cariño a la niña. Incluso, tres semanas que tuve que estar ingresada porque se me adelantaba el parto, mi abuela venía todos los días y mi tía también a verme, porque recogía o traía a mi abuela. Para después, con los años, echármelo en cara.
La niña para mi fue una bendición, siempre recordaré las palabras de mi abuela cuando la tenía en mis brazos recién nacida: ¡Nunca he visto a mi nieta tan feliz!!
¡Y de verdad que lo era!, fue la primera más gran sensación de felicidad que había tenido hasta el momento.
La niña adquirió un papel demasiado protagonista en la familia, empezó a desbancarme a mi. Empezaron a actuar conmigo y ella como lo habían hecho con mis padres y yo.
Querían llevársela a todas partes, mi abuela empezó a adquirir el rol de madre otra vez, como hizo conmigo, y yo, que trabajaba de auxiliar hasta las tres de la tarde, me dejaba ayudar por ella. Pero resultó que una vez, que fue cuando me empece a dar cuenta del poco papel que tenia yo en la vida de mi hija, tenia visita en el pediatra, me preguntó que comía la niña, y para mayor vergüenza mía, ¡ni lo sabia!! No sabia que comía mi hija, mi abuela la tenía desde primera hora de la mañana, hasta que yo llegaba y después ella ya le tenia preparada sus comidas y las mías. Vivíamos puerta por puerta en una especie de dos pisos en uno.
Se la llevaban los fines de semana, en vacaciones otra semana, "para que yo pudiera desconectar", y yo, ilusa e idiota de mi, a veces por no discutir, les dejaba la niña, porque encima era yo la que quedaba mal si les decía que no.
Yo veía que perdía autoridad con ella, que ellos me estaban cogiendo terreno, incluso me enteré que conjeturaban para ver quien se quedaba con la niña si yo no me quería o no sabia hacer cargo de ella, eso antes de nacer mi hija.
¡Increíble!
Recuerdo también que unos vecinos, si, si, vecinos de toda la vida, me dijeron en mi cara cuando me vieron embarazada: ¡Oye, que esto no es un perro!
Me sentó muy, muy mal. Nadie daba un duro por mi, me veía todo el mundo de la misma manera que veían a mis padres. Que no llegaría nunca a nada y que no serviría nunca para nada.
Si algo se en esta vida, es que mis hijos, me la han devuelto. Yo antes, sobrevivía, ahora vuelvo a vivir, desde el embarazo de mi hija, de mis hijos, que son lo mejor que me han pasado nunca y me he volcado en ellos como nunca antes lo había hecho con nada.
Ahora si estoy viviendo.