
He decidido que mi vida necesita de una presencia masculina.
Debía ser un fantasma, por supuesto.
Y, claro, ha sido inevitable pensar en un conejo.
Además, como valor añadido, queda la gracia que me va a hacer que me preguntéis por mi conejo.
Lleva conmigo una semana.
A que es adorable?
Besos, queridos fantasmas.Sigue leyendo