Catalunya tierra conquistada. Nacionalistas no, conquistadores

Publicado el 04 octubre 2013 por Icaro @ateneo

En este país tenemos alcaldes franceses o alemanes en muchas poblaciones españolas. Nuestras playas, toda la costa, están repletas de urbanizaciones donde viven familias de diferentes países comunitarios. Para hacerte entender en muchos pueblos españoles, debes conocer la lengua alemana, inglesa o francesa. Existen verdaderas colonias y no exclusivamente en épocas estivales. Compartimos nuestras costas, playas y mares cada verano. Y, por si fuera poco, cerca de 60 millones de turistas nos visitan al año.  Existen centenares de colegios suizos, alemanes, franceses, chinos y japoneses, donde la lengua vehicular no es ni por asomo el castellano o el catalán. Y, aunque suene demagógico, hace falta recordarlo: la reina es griega y habla… inglés en la intimidad. ¿Nos une el habla? Tratamos de panchitos y sudacas a personas que hablan nuestra misma lengua.

Rasgarse las vestiduras

El desespero ha llegado a España: Catalunya quiere decidir ser independiente o no. ¿Qué problema existe en España para no aceptar una Catalunya independiente? No existe problema alguno, excepto en aquellos españoles que tienen una mentalidad conquistadora. Se sienten nacionalistas y no son otra cosa que conquistadores.

Conquistadores, no nacionalistas.

Conquistadores, y digo bien. Un nacionalista debería ser un ciudadano ejemplar, alguien que, adorando su país, está dispuesto para sacrificarse por él.  Excepto que fuera pacifista, debería estar dispuesto a derramar hasta la última gota de su sangre por su país. Pagaría gustoso todos los tributos a la hacienda pública y, evidentemente, compraría productos nacionales, haciendo lo posible por pasar sus vacaciones dentro de su país. Ni que decir tiene que exigirían una educación pública de calidad, pues nadie mejor que su país para educar a sus hijos, y aceptarían de muy buen grado que sus compatriotas fueran lo más libres y felices posible.

La realidad es que nacionalistas hay muy pocos. Conquistadores unos cuantos millones más. Personas con mentalidad conquistadora, que piensan -que saben- que viven en tierra conquistada, sacando lo mejor de aquel territorio e ignorando cualquier incoveniente relacionado con él. Millones de nacionalistas defraudan gustosamente a la hacienda pública, no tienen empacho en que otros -extranjeros a los que nunca darán la nacionalidad- defiendan a su país, harán lo imposible para que sus hijos no asistan a una escuela pública y, en caso de hacerlo, exigirán una escuela pública a su medida (sin niños inmigrantes, sin niños con problemas de exclusión o necesidades especiales, etc.).

El nacionalista actual ama a su país por debajo de una media docena de cosas pero muy por encima de una sola: Esto es mío, yo lo conquisté. Una parte de España (muy pequeña, ciertamente, pero la más poderosa) entiende a Catalunya como tierra conquistada.

El nacionalismo español arde recordando épocas imperiales. Cuando en España no se ponía el sol, pero olvidan gustosos que era un imperio de pies de barro (y añado: pies de barro descalzos). La verdad es que el imperio español ha repartido hostias por doquier, ha robado todo y más y jamás ha dado más que las migajas al pueblo. Más que dar una lengua, estrangulamos otras, y ha contribuido a la propagación de la iglesia católica por el resto del mundo, hasta convertirla en universal (pura metástasis, para enterdernos).

Un momento, que hago un corta y pega:

El nacionalismo catalán arde recordando épocas imperiales. Catalunya triufant, tornarà a ser rica i plena, pero olvidan gustosos que era un imperio de pies de barro (y añado: pies de barro descalzos). La verdad es que el imperio catalán ha repartido hostias por doquier, ha robado todo y más y jamás ha dado más que las migajas al pueblo. Más que dar una lengua, estrangulamos otras y hemos contribuido a la propagación de la iglesia católica por el resto del mundo, hasta convertirla en universal (pura metástasis, para enterdernos).

Si algo une al antiguo imperio español y catalán es una cosa, la frase -totalmente militarista, por supuesto- DESPERTA FERRO! Los unos y los otros presumen con gusto y no tienen recato en presumir de haber sido un imperio que ahora colorea sus banderas con la sangre derramada y el oro robado.

Una parte del pueblo español hará bien en escuchar las ansias de autoderminación que se respiran en Catalunya y quizás -con un poco de suerte- también podrá autodeterminarse y liberarse de la pesada carga que supone vivir bajo el yugo de una panda de conquistadores imperiales venidos a menos. El problema de España no es Catalunya, es el haber perdido todos los trenes, incluido éste, el de comienzos del siglo XXI. Y bien cieto es que nacionalistas españoles y catalanes se han unido muchas veces para hacer pasar un tren por un burro o un toro.

Una parte del pueblo catalán hará bien en apartarse del camino de una catalunya autoderteminada, pues los vientos independentitas podrńan traer ventiscas revolucionarias de auténticos nacionalistas-patriotas. ¿Acaso piensan los conquistadores catalanes que la independencia sería un cambio de banderas, sustituyendo unas barras de sangre y oro por otras? No, la independencia de España supondría una revolución total de un pueblo que, liberado de unos conquistadores, también quiere liberarse de los otros.

¿Quién vencerá? ¿La autoderminación o la continua ablación de derechos?