Valencia, 11/03/2011 F.B.
Anoche estaba yo cenando tranquilamente un plato ligero de pechuga de pavo, queso fresco, mermelada de manzana y salsa barbacoa. Entre ingestión e ingestión pensé: ¿y si le meto persimón a todo esto?
Tranquilos, no es una mezcla explosiva, aunque la salsa barbacoa era muy fuerte y hacía que el persimón no tuviese sabor, por lo que me comí toda la parte con la salsa, me lavé la boca, y ataqué al resto del plato con una expresión agradable en la cara.
Ni de lejos está tan elaborada esta cena como otros posts atrás, pero es una buena forma de disfrutar de este caqui-manzana sin preocuparnos de todo el chocolate, azúcar, y demás ingredientes que hacen que la boca se nos haga agua, y con ello un deseo loco de degustar esos platos tan ricos.
¿Quiere decir todo esto que ahora voy a empezar a publicar posts a partir de espontaneidades que me surjan? Ni yo lo sé, pero os incito a que sigáis leyendo este blog sobre el persimón y la cantidad de usos, recetas y propiedades que tiene.
Un saludo.
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