"La inmensa burla, eso fuisteis, y como tal yaceréis en el cosmos"
Recuerdo, el olor antes de la lluvia. El silencio, golpeado por los tambores. Un momento, y de vuelta a la profunda nada. Recuerdo, en mis oídos retumbar la ausencia de un todo. Mis ojos, hundidos en un mar de incertidumbre. La oscuridad, flotando en el aire, respirable roca podrida bajo la cual se esconde lo poco que queda de esencia. Los endiablados ecos de percusión, se hallaban cada vez más cerca. Sentía los pasos por la calle vacía. Cómo en mis retinas salpicábanse leves imágenes de lo que se avenía. Cuando pude tocarlo con la punta de los dedos, no lo hice, pues no era sino un ente mal concebido, sin forma ni ángulo mas que aquel que es infinito. Advertí el aliento mefítico, encontrándose con lo que quedaba de mí. Golpeando los restos de mis sentidos y cómo no pude soportar la percepción de aquella equimosis viva creada en garras del mismo engendro que juró ser puro, por el cual ví correr la savia de la vida antes de que la última sombra iniciase la danza sin fin. Y ahora ansiando mis entrañas el arcano horror, recuerdo, el olor antes de la lluvia consumido. El silencio y la oscuridad mas absolutos, lo último de mi esencia flotando en una perfecta vorágine, espiral insaciable, quimera perpetua. Recuerdo, la voz que dio fin al absoluto del más versado y del más ajeno. Cómo quedaría constante en la oquedad más profunda el eco huído entre el aullido y el trueno:
"La inmensa burla, eso fuisteis, y como tal yaceréis en el cosmos"
"La inmensa burla, eso fuisteis, y como tal yaceréis en el cosmos"