Revista Diario

Cerrarnos la boca

Publicado el 29 enero 2014 por Lamamadeunabruja @mamadeunabruja
Ayer viví una situación en la oficina del paro que quisiera compartir con vosotros...
Eran las 9,30 de la mañana y estaba yo allí sentada esperando a que llegara mi turno, estaba un poco en mi mundo, bueno más bien con la aplicación de blogger escribiendo en el móvil, estaba a mi lado una mujer de más de cincuenta años que en un momento determinado se puso a hablar con otro que estaba allí de lo desesperada que estaba, os podéis imaginar: que no le salía nada de trabajo, que el paro se le había acabado hacía tiempo, que no tenía derecho a ninguna ayuda social,... desgraciadamente el pan nuestro de cada día.
Al otro lado de la sala en un momento se da otra situación todavía más común. Una madre con un niño de unos dos años montando bronca (el niño y la madre), lo típico para nuestra desgracia: el niño que como cualquier niño de esa edad se estaba aburriendo como un hongo y su madre que insistía que se estuviera sentado en la silla. Si hubiera estado insistiendo a base de proponerle cosas para que no se aburriera ni tan mal pero claro, lo habitual en estos casos suele ser "siéntate que te voy a dar, me tienes hasta los cojones".
Evidentemente la gente la miraba, yo la primera, habría quien la mirara pensando "pobre madre, lo que tiene que aguantar", yo la miraba pensando "hija mía, no le podrías haber traído un cuento o algo para que se entretenga y ya está, y si no, pues le dejas que ande por aquí que no va a molestar a nadie". Ella debía pensar que todos éramos del primer bando porque iba diciendo en voz alta "todos los días igual, yo ya no sé que hacer, da igual que le pegue que le castigue,..." O_O
Pasé del tema y seguí con mi blogger cuando la mujer de mi lado empieza a decir. "Si todos hiciéramos como ese niño otro gallo nos cantaría, pero claro, mejor es estar callados y no aprender a prostestar, mejor que nos enseñen desde pequeños a taparnos la boca"
Yo que estaba al lado le di la razón pero no quise seguir con el tema porque paso de discutir estas cosas con desconocidos, pero el guarda de seguridad (que es pesadíiiiiisimo) empezó a llevarle la contraria, y ella iba quemándose "los niños tienen que saltar y jugar, y es normal que grite, ese niño nos está dando una lección a todos, si hace eso es porque algo necesita"
No sé si siguió o no la conversación porque llegó mi turno pero luego salí de allí pensando en esto (y en contároslo claro)
Sobra decir que estoy totalmente de acuerdo con lo que esta mujer estaba diciendo, aunque he de reconocer que a veces con mis hijas la educación que yo he recibido en la que la obediencia era un pilar base me sale sola si no me controlo. 
Como padres que nuestros hijos nos hagan caso en todo y a la primera sería maravilloso, nos haría el día a día muchísimo más sencillo, pero realmente es eso lo que queremos? Queremos unos niños que no cuestionen las cosas y que acaten las normas sólo porque sus padres las dictan?
La mayor parte de mi generación (ni que decir de las anteriores) hemos sido educados para callar la boca ante los padres, ante los mayores, ante los profesores,... todo lo que ellos decían era lo correcto, es más algunos de mis amigos no contemplan siquiera la opción de llevar la contraria a su padre por una cuestión de respeto!! Y ahora nos encontramos con una sociedad adulta que se deja pisar, que para que salga a la calle y defienda lo que quiere tiene que estar realmente jodida, machacada, y aún así cuando lo hace se siguen oyendo voces diciendo que esas no son formas y apoyando que "la autoridad" saque los palos.
No nos hemos parado a pensar que si queremos unos adultos capaces de pensar por si mismos, capaces de hacer valer sus derechos y de hacerse oír, tenemos que empezar por criar niños que sean capaces también de todo esto, niños que puedan ser niños y que puedan expresar su opinión sin miedo a represalias por parte de sus padres ni de sus profesores (de la silla de pensar hay tanto que decir...).
Obviamente, los niños son niños y somos los padres los que tenemos que enseñarles a expresarse mediante el diálogo, a negociar las cosas, pero acallando un berrinche con un bofetón no es la forma, si somos capaces de que esos berrinches de los primeros años se vayan modificando y lleguen a una conversación o incluso a una discusión calmada creo que estaremos haciendo bien las cosas. 
Si queremos adultos sumisos sigamos con la educación en el miedo y el bofetón, si queremos que realmente cambien las cosas empecemos por cambiar nuestra relación con ellos, aunque esto nos suponga mucho más trabajo también será mucho más gratificante.

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