Camuflados tras los enebros, esperan con calma a que los cérvidos hagan acto de presencia.
No han esperado mucho, tras una hora ven acercarse a los primeros ejemplares, jóvenes, inexpertos, distraídos, pero llenos de vitalidad.
Los teleojetivos comienzan a funcionar, la luz es ya escasa, pues esta atardeciendo, así que el ISO ha de ser alto, 400 mínimo y llegando a 1600, pues sobrepasarlo el ruido sería excesivo. Desde 600mm a 1400mm realizan los disparos, siempre se ayudan de trípode. Esperan la mejor pose, la mejor estampa, pero siempre quietos, sin ruido, a contraviento, con calma, mucha calma.




