Llevabaloszapatosrojos ese día. Se me olvidócomprarcompedepero me di cuenta a la mitad del caminoyacon elzapatoembarradísimo de sangre. Ese día tenia unacita con un clienteasí que me habíaarregladomucho, pero al llegar a la oficinadabatantapena que parecía Jesucristo en pleno viacrusis. Laura fue a Decatlhon, me compróunaschanclas de piscina rosas y se ganó mi lealtad para toda la vida. Mi corazón es así de tierno y estúpido, que con un pequeñodetalle de 12 eurosfuicapaz de sacrificar mis ambicioneslaborales para ayudarlaaella, la corrompí con elpoder que otorgaba mi tóxicocariño
-Te das cuenta del sinsentido que estasdiciendo?- Me cuestionaba Josephine yadentro del estacionamiento
-Si, ya lo se...
- ellaqué es para ti o porquésientes que le debes algo?
No puedoexplicar que mecanismosmisteriosos y torcidosensumomentohacían que unahistoria tan absurdahiciera total y completosentidoenelpasado
-Pues esque me regalóunaschanclasrosas