Chew

No suele ser habitual que hablemos de novelas gráf comics por estos lares, pero dado el estajanovista ritmo que nos traemos, me he permitido ofreceros una delicia improvisada en nuestra carta, queridos comensales.
Me llamo Roswell, y hoy seré vuestro camarero.

Chew es toda una delicatessen, una obra inusitada y muy refrescante que será muy del agrado de los paladares más inconformistas. Probemos una cucharada de su sabroso argumento:La tan cacareada gripe aviar ha diezmado gran parte de la población mundial, creando un futuro alternativo en que el consumo de carne de pollo está rigurosamente prohibida.No obstante, y como es fácil imaginar, esta ley desplumada crea un nuevo mercado negro, dado que la gente no se resiste a abandonar los placeres del Coronel Sanders, lo que provoca la creación de la FDA, la agencia gubernamental más poderosa del planeta, con su mayor baza en el curioso antihéroe Tony Chu, un detective cibópata (es decir, que recibe impresiones psíquicas de TODO lo que come, incluyendo homo sapiens... vivos o muertos).

Y es de la mano del agente Chu que emprenderemos un alocado viaje por este valiente nuevo mundo, conociendo a los personajes más extravagantes, viviendo las más extrañas aventuras... y viendo poco a poco que tal vez el gobierno norteamericano tenga algo que decir acerca de aquella misteriosa pandemia.
Este grato bocado cuenta con el suculento guión de John Layman, que dota a la obra de un envidiable ritmo pleno de delirantes incisos y sorprendentes flashbacks y flashforwards (a medio camino entre el videoclip y el Tarantino de los buenos tiempos) mientras va cociendo a fuego lento una inquietante trama en la que tienen cabida los ingredientes más insólitos.El apetitoso dibujo de Rob Guillory es otro de sus fuertes. Con un estilo dinámico, urbano y muy personal (con notable influencia del arte callejero) este emergente autor crea el escenario perfecto para las desquiciantes peripecias gastronómicas de nuestro héroe accidental.Es este Chew una pitanza que debe su calidad tanto al mimo con que está cocinado como a los ingredientes que mezcla, ya que no es habitual que un comic tenga como eje central la comida, y en esta peculiar bandeja se nos sirven desde cyborgs hasta vampiros, pasando por espías, alienígenas, las ya citadas mafias del pollastre... todo ello aderezado con muchísimo humor negro, una pizca de gore... y todas esas especias especiales que hacen que a los gourmets del Noveno Arte se nos haga la boca agua.Para finalizar la cata, no puedo sino recomendaros que degustéis por vosotros mismos una serie que pese que a priori pareciera un simple aperitivo es todo un plato fuerte, que hará las delicias de los estómagos más exigentes.Si el menú de hostiazas en pijama te tiene empachado, prueba esta maravilla. Te dejará un buen sabor de boca.