En esta localidad destaca la Playa de la Barrosa, con sus consabidos chiringuitos, bares y restaurantes a lo largo de un paseo marítimo que se extiende por algunos kilómetros. En la segunda línea del paseo pueden hallarse los locales y bares que le brindarán nueva vida a la noche de la ciudad.
Si continuamos andando llegaremos a la Torre del Puerco, un entorno más salvaje donde destaca una vieja torre que nos induce a movernos hacia tiempos pasados. Nunca está de más recordar que el excelente entorno natural y el cuidado que se realiza del mismo han hecho a esta playa acreedora de la Bandera Azul de la Comunidad Europea.
Para los amantes del surf recomiendo la Playa de Punta de Piedras (siempre que tengan cuidado con las rocas) y la Playa de Lavaculos (no se dejen intimidar por el nombre).
Continuando la marcha arribamos a Sancti Petri, un pueblo de pescadores con un encanto muy especial. Justo enfrente se halla un castillo que sin lugar a dudas amerita una visita. Entonces nos damos cuenta que Chiclana no es solo mar, sol y chiringuitos sino que también nos ofrece un viaje en el tiempo.
Se dice que en el islote de Sancti Petri los fenicios construyeron el Templo de Hércules Gaditano, sobre cuyas ruinas se levantó posteriormente el Castillo de Sancti Petri que podemos ver en la actualidad. Adentrándonos en el mundo donde realidad y leyenda se dan la mano, algunas personas afirman que en ese sitio descansan los restos del mismo Hércules y que por ese motivo (real o ficticio) el sitio se hizo famoso convirtiéndose en centro de visita obligatoria para algunos grandes conquistadores de la antigüedad que iban a ofrecer sus sacrificios al guerrero legendario.
Regresando al presente de la ciudad, destaca Novo Sancti Petri, una urbanización que mira al mar y resulta contrastante con la antigüedad del cuadro que se ha pintado hasta el momento donde hallamos impresionantes hoteles, tiendas y su correspondiente campo de golf aunque también pueden encontrarse opciones más económicas. Quisiera apuntar como nota muy positiva que, independientemente de la pavimentación, Novo Sancti Petri nos muestra siempre un pasaje verde que nos reafirma que sus habitantes están muy comprometidos con el medio ambiente.
Y, por supuesto, a esta ciudad no le pueden faltar sus festividades. Chiclana es un sitio alegre por lo que es prácticamente imposible recoger todos sus días de juerga. Los momentos de no perderse serían: el 13 de junio donde se celebra una de las ferias más representativas, la de San Antonio y posteriormente, los días 23 y 24 se procede a la quema de los Juanes y las Juanas. En estos días hombres y mujeres visten los trajes típicos y se suelen degustar los caracoles de bar en bar (un plato típico de la época).
Al mes siguiente se celebra la festividad de Santa Ana (26 de julio), es costumbre organizar una verbena en torno a la ermita de esta santa y se pueden degustar los dulces típicos de la localidad, entre ellos las "Campanas de Santa Ana" (pastel realizado con almendras). Luego, el 8 de septiembre, se celebra con una procesión el día de Nuestra Señora de los Remedios, la patrona de Chiclana.
Y para terminar el recorrido por una ciudad tan variopinta, no puede faltarnos una aproximación a su cocina. ¿Lo recomendado? Para iniciar la berza chiclanera o los alcauciles con chícharos, continuamos con una tortillita de camarones, el pescaíto frito o la lisa a la teja y terminamos con el moscatelito de Chiclana, un vino dulce con el que debemos andar atentos.
Por supuesto, de esta ciudad existe mucho más que descubrir, hay opciones para todos los gustos que pueden revisar extensamente en: Chiclana.