Existe una tendencia más o menos mayoritaria que dictamina que el cine de animación debe ir encaminado hacia la creación de los personajes mediante ordenadores y modelado en tres dimensiones. La sombra que proyecta la compañía Pixar (abanderada del mejor cine de animación de los últimos años) es demasiado alargada en este caso, y el resto de firmas deben ingeniárselas como sea para seguir este ritmo. Por eso, cada vez es más frecuente asistir a una lucha en la que las virguerías técnicas y el realismo de los personajes nos pueden dejar con la boca abierta, pero que al mismo tiempo dejan de lado aspectos tan importantes como el guión o, simplemente, el "alma" de la película.
Contra esta tendencia al monopolio de la animación en 3D, a la que incluso Disney ha sucumbido para siempre, existen pocos irreductibles. Quizá el más destacado sea el estudio Ghibli de Hayao Miyazaki, quien mediante animación tradicional sigue produciendo títulos de irregular categoría, aunque siempre manteniendo un alto nivel de calidad. La tradición del anime japonés está demasiado arraigada como para dejarse vencer por el 3D sin plantear batalla.
Y luego existen productos, muy aislados, que de vez en cuando intentan asomar la cabeza entre este océano de píxeles. En el caso español, en los últimos tiempos han aparecido dos películas que rompen esta tendencia a la espectacularidad y apuestan por la historia más que por el aspecto. Una es Arrugas (2011), adaptación de Ignacio Ferreras del cómic de Paco Roca y galardonada con el Goya a mejor película de animación y mejor guión adaptado. Y la otra es Chico & Rita (2010), ganadora del Goya del año pasado y candidata al Oscar al mejor film de animación, categoría en la que se impuso Rango, cómo no un film de animación en tres dimensiones.
Chico & Rita es, pese a lo que pueda parecer, un proyecto ambicioso. Aunque su acabado ofrezca un aspecto de animación clásica y tradicional, lo cierto es que el trabajo que lleva detrás es muy importante. Todas las escenas de la película se grabaron con actores reales, para que de este modo los animadores tuvieran una idea más clara de los encuadres, los movimientos de cámara y las actitudes de los personajes. Así pues, Chico & Rita podría considerarse una película "real" revestida con una capa de animación.
Pero esto no es más que una consecuencia de la propia concepción del film. Chico & Rita es una historia de nostalgia, de lamento por un pasado y por las ocasiones perdidas. Por eso queda perfecto este tratamiento de animación casi vintage, anacrónica, en sintonía con unos personajes que han dejado de vivir el presente para recrearse, a veces con dolor, en el pasado. El film es un largo flashback en el que Chico, ya anciano, desempolva (literalmente) una caja de los recuerdos y rememora lo sucedido sesenta años atrás, cuando conoció a Rita y cambió su vida. A partir de ese momento el pasado toma el protagonismo y se desarrolla hasta un momento fatídico, para volver al presente sólo hacia la parte final de la película, donde los personajes cierran ese círculo de encuentros y desencuentros definitivamente.
Fernando Trueba siempre ha sido un enamorado de la música latina, a la que se ha aproximado principalmente desde el documental (Calle 54, El milagro de Candeal). Sin embargo, esta vez aborda el tema desde la perspectiva del cine de animación, gracias a la colaboración con Javier Mariscal y Tono Errando. Entre los tres han concebido esta historia de amor entre un pianista y una cantante que tiene como telón de fondo la Cuba precastrista, en la que la música cubana y americana se mezclaban y se influían entre sí. No en vano, el sueño de Chico es poder salir de la isla y tocar en alguna de las grandes orquestas estadounidenses, en las que el jazz de Charlie Parker o Dizzy Gillespie (ambos aparecen en el film) estaba en su momento álgido. Chico consigue su sueño, pero no de la manera que hubiera deseado. Como tampoco Rita, que también inicia su particular camino al estrellato (esta vez en el mundo de la canción y el cine) de la mano de un posesivo productor americano. A partir de entonces, los encuentros entre ambos son fugaces, clandestinos, desembocando en una separación definitiva que les sume en la tristeza y la nostalgia.
Chico & Rita es, por lo tanto, un homenaje a una época y una tradición artística nunca suficientemente reivindicada. Si Wim Wenders rendía tributo al son y la música más tradicional de Cuba en Buenavista Social Club (2000), Trueba y Mariscal reivindican el jazz latino, una música surgida de las conexiones a ambos lados del mar Caribe y que en la isla se vio truncada con la llegada de la Revolución, del mismo modo que se ve truncada la relación entre los dos protagonistas. Un paralelismo que acentúa una mirada nostálgica hacia un pasado que no volverá y que sólo ofrece alegrías con cuentagotas. Justo como el cine de animación tradicional.
FICHA TÉCNICA
Título Original: Chico & Rita País: España, Reino Unido Año: 2010 Dirección: Fernando Trueba, Javier Mariscal y Tono Errando Guión: Ignacio Martínez de Pisón, Fernando Trueba Montaje: Arnau Quiles Música: Bebo Valdés Duración: 94 minutos
GALARDONES
- 1 nominación al Oscar (2012): Mejor película de animación
- 1 Goya (2011): Mejor película de animación