Esta absurda y kafkiana comedia que es Chien nos muestra a un hombre, Jacques Blanchot, que no está cómodo en un mundo de hombres y mujeres. Es demasiado primario en lo sentimental, ingenuo incluso. Se diría que no está preparado para el día a día de una sociedad capitalista como la que muestra la película: un paisaje anodino y periférico, lleno de carteles publicitarios, autopistas, grandes superficies... Todos lo ven como un hombre mediocre, un perdedor que merece que lo maltraten. Alguien así es carne de cañón en un mundo competitivo, egoísta y violento. Por ello no es extraño que Jacques se sienta como un perro, un animal de compañía que para ser feliz solo necesita un amo que lo domine y al que serle fiel a cambio de un poco de comida y alguna caricia ocasional. Chien es una párabola, violenta por momentos, de una sociedad alienada y consumista, formada por individuos que aceptan sin discusión toda autoridad, incapaces de rebelarse y donde parece que a lo único que aspiran es a un elemental confort y seguridad, a que no les quiten lo poco que tienen. Según Benchetrit, su director, la idea le surgió al descubrir que su perro despertaba más atención, materializada en forma de caricias, que un sintecho que pedía justo al lado.
Chien es una coproducción franco-belga y está basada en una novela del mismo título escrita por el director Samuel Benchetrit...