Nos pasa cuando a algún presidente de Paraguay se le oye decir las palabras vyrésa la he’íva por un micrófono que queda inesperadamente abierto. Nos pasa cuando algúno de Bolivia decide ir a jugar a la pelota en vez de asistir con los otros mandatarios a la cumbre en la que nuestra presidenta es la anfitriona. Nos pasa cuando en el congreso Íbero Americano, la presidenta no es capaz de poner orden y el representante de Venezuela termina por escaparse con los tarros llamando fascista al ex-presidente de España, mientras el Rey de ese país sale de la sala sólo para ser desesperadamente perseguido por la presidenta. Nos pasa cuando el presidente de Argentina no tiene tiempo para recibir a la mandataria o algún general del Perú predice lo que le sucederá al "chileno que entra...". Nos pasa cuando el percusionista de alguna banda de rock ya venida a menos señala explicitamente para cuantas cervezas estaría buena nuestra mandataria o cuando en una declaración publica, su propio ministro le llama "Gordi".
Para redondear, lo importante es señalar que nuestros representantes a nivel internacional deben de dejar de comportarse como los wannabes latinoamericanos (tanto del socialismo como del modelo gringo). Si queremos ser respetados tenemos que marcar el paso con políticas, ideas, gestos y actitudes que demuestran nuestra independecia y autodereminación como país. Si no somos capaces de innovar con iniciativa y tener la valentía de, a pesar las posturas del resto del mundo, desafiar y jugarnosla por lo que realmente creemos que es correcto y se condice con nuestros intereses, estamos condenados a ser los insípidos representantes del conformismo en nuestro continente. Aunque según algunos está muy profundamente entrerrado en nuestra sangre chilena el seguir la masa, tiendo a creer que somos capaces de ser líderes creativos y originales. Es a ellos a los que todos admiran y entregan su lealtad, en cambio, nadie pone las manos al fuego por con quienes, bajo la luz de la conveniencia, no son capaces más que de sumarse o restarse de lo que ya existe, generalmente ellos son los primeros en ser traicionados.