A no, de verdad piensas conocer Chiloé a dedo. No te basta solo con querer hacer Couchsurfing, no es suficiente con algo desconocido y peligroso. No ella quiere dos. Mis auto cuestionamientos no paran, pero mis ideas tampoco. Así que le dije a la Fer sobre ambas cosas que íbamos hacer y ella enseguida engancho. De verdad mejor compañera no puede ser, ningún tipo de complicaciones, su única respuesta fue que bacan, me encanta Xi. Y como a mí me tocaba ser la guía esta vez, me puse a organizar y hacer planes que No seguiríamos. Pero que siempre sirven porque te haces una perspectiva de lo que hay y de lo que no, y lo más importante del tiempo con el que se cuenta.
Destino Chiloé
Llegamos al canal de Chacao, ahí se acababa nuestro boleto de bus. De verdad solo lo teníamos hasta Pargua pero nos quedamos dormidas, el auxiliar se olvidó de despertarnos y nos bajamos en el transbordador cuando ya estaba cruzando. Y no nos quedó más remedio que cruzar sentadas en la cafetería porque estábamos muriendo de frío y pensando en ir a cambiarnos ropa porque con la que andábamos no nos servía. Al final nunca nos cambiamos y más adelante agradecimos no haberlo hecho. Ya pisando en nuestro destino, caminamos por la arena, pensamos que podríamos hacer, donde ir; anda a saber porque no nos acordamos de seguir la planificación que hice durante semanas. De ahí corrimos hasta la otra empresa de transbordadores porque acababa de atracar en nuestra orilla y podríamos hacer dedo. Llegamos hicimos dedo enseguida paro el primer camión, el que nos llevaría hasta Ancud entre risas y contando de donde éramos, mirando el cielo, mientras él nos decía que tendríamos buena suerte porque estaría despejado. Al momento que subimos a ese camión se rompió cualquier tipo de miedo, todo pareció mucho más sencillo y entretenido de lo que parecía. El viaje comenzó a tener mucho más sentido, además contábamos con una vista panorámica y con conversación y datos de que podríamos hacer.
Desde Puerto Montt a 60 km se encuentra Pargua, donde se toma el transbordador para cruzar el canal del Chacao hacia la isla.
Ya en Ancud para recorrer.
Iglesia de Ancud
Después de recorrer Ancud, decidimos avanzar, teníamos que llegar a Dalcahue antes de las cuatro. Hicimos nuevamente dedo, enseguida nos llevó otro camión. Está vez estamos muchos más cansadas y el sol nos recordó que la noche anterior no habíamos dormido nada. Así que en ese momento nos empezamos a quedar dormidas. Primero yo, después la Fer y luego le contagiamos el sueño hasta al camionero. Todos nos reíamos del otro. Y entre conversaciones entre medio de cada cabezazo contra el vidrio decidimos seguir con él hasta Achao. Lugar que estaba dentro del plan pero que había descartado porque no sabíamos cómo llegar a tiempo. Pero que cuando él nos dijo que iba allá, nuestros ojos brillaron y yo le dije: y si en vez de dejarnos en Dalcahue nos deja en Achao. Y así fue. Él por el camino nos contaba donde íbamos, nos mostró el transbordador que cruza a la isla, el que yo apenas vi porque mis ojos estaban medios cerrados, nos dijo que el camino era lindo, el cual vi a la vuelta, el sueño me superaba. Al final llegamos los tres con cara de sueño y muertos de la risa a la plaza de Achao. Después regresamos a Dalcahue a vivir nuestra primera experiencia de CS.
Iglesia Santa María de Loreto de Achao Ubicada en la capital comunal de la Comuna de Quinchao, está catalogada como una de las iglesias más antiguas de Chile pues su construcción data del año 1740 aprox. Se ubica frente a la plaza de Achao y tiene un excelente estado de conservación lo que permite hasta ahora realizar misas y otras actividades en su interior.
Cruzando en el transbordador que une la Isla Quinchao con Dalcahue
El siguiente día estábamos tan felices y motivadas que no dudamos en hacer dedo de nuevo hasta Castro. Ahí recorrimos y almorzamos con unas chicas que andaban buscando CS. De las cuales nos separamos porque nosotros seguíamos hacia el sur y ellas iban al norte.
Ya en Castro. Acá destaca su Iglesia San Francisco de Castro. En la estructura se emplearon maderas de la zona, tales como: alerce, ciprés, coigüe y otras llamadas en Chiloé “coloradas”. Los interiores son de raulí y olivillo. El frontis, la techumbre y forros exteriores son de fierro galvanizado.
Los famosos palafitos de Castro
Caminamos nuevamente solas hasta la salida sur e hicimos dedo por última vez, a la tercera vez paro un camión, nos dijo que solo nos podía llevar hasta unos kilómetros antes de Quellón y que de ahí podíamos tomar un bus. Pero todo cambio rotundamente cuando le dijimos que íbamos a tomar la barcaza Jacaf la misma que él. Nos dijo que la barcaza no iba a salir a las 22:00 horas porque venía con atraso así que nos embarcaríamos a las 02:00 de la madrugada. Se dio cuenta que no habíamos comparado los pasaje así que nos reservó los boletos. De ahí se reía de nosotros porque toda la información que teníamos estaba mal. Llegamos a Quellón compramos los pasajes, luego manzanas, fuimos a cenar los tres y nos hicimos partner durante el viaje. Nos contó historias y nos explicó sobre su trabajo. Nos dijo los nombres de los otros camioneros, nos reímos de alguno de ellos. Recorrimos Quellon y después Puerto Cisnes. En la barcaza conocimos a la señora a la cual le transportaba la mudanza. Los dos nos ayudaron cuando nos vieron mareadas por el movimiento, cuando le dijimos que solo habíamos comprado un tarro de café.
Ya en la barcaza Jacaf que nos llevaría a Puerto Cisnes
Al final todo salio mejor de lo planificado. Recorrimos varios lugares de Chiloé y lo mas importante conocimos muchas personas maravillosas. Ah y los que faltaron quedan para otra vuelta.