Una cosa es el pensamiento, lo que obliga a la meditación e incluso a la alabanza y otra la realidad, lo que necesita determinados condicionantes para ponerlo en práctica. En un reciente artículo publicado por la Agencia "China Features",Zhang Wen, un anciano de 65 años que vive en un barrio de Beijing, se lamenta: "Estoy rodeado de restaurantes caros, tiendas y salones de belleza, pero no puedo encontrar un centro sanitario que esté cerca, cuando sufro de alta presión sanguínea a altas horas de la noche"Rodeados de tantos lujos pero mordidos de contínuo por la soledad y el desamparo, se hace evidente la discrepancia ante el tratado de Confucio (que obliga a respetar y cuidar de los mayores), y tanto contrasta con el desarrollo económico chino.La noticia, tal y como yo la capturé en el año 2000, ya me produjo escalofríos y decía así: "China cuenta con cien asilos para acoger a 130 millones de ancianos, lo que supone un problema de muerte". El centenar de centros benéficos por aquel entonces representaban un total de 3000 camas en el país más poblado del mundo. Pero en el país más poblado del mundo, ya pueden imaginarse lo que implica el tanto por ciento . Los asilos chinos sólo pueden hacerse cargo de una fracción de esta masa de población. En quince años, el número de ancianos chinos representará un cuarto de la población longeva del mundo.Según una reciente encuesta del Comité de Población de Edad Avanzada, de Beijing, la capital china cuenta con 2,1 millones de residentes mayores de 60 años, lo que supone el 17,3 por ciento de la población total. Cerca de 263.000 personas de la tercera edad estarían dispuestas a vivir en residencia con una atención adecuada. Pero las 334 residencias de ancianos de la capital china sólo pueden ofrecer 39.000 camas, cubriendo sólo un 1,7 por ciento de la población de edad avanzada de la ciudad."Los cuidados a largo plazo para los mayores, tradicionalmente proporcionados en casa por los hijos, se están haciendo cada vez menos viables en grandes ciudades que laten a un ritmo acelerado, como Beijing", dice el catedrático de sociología de la Universidad Tsinghua, PeiXiaomei Y añade: "El gobierno deberá proporcionar recursos públicos y regular los servicios en estas residencias".
Cifras preocupantes
Todas estas cifras se quedarán pequeñas y para 2020, más de 240 millones de ancianos se encontrarán irremediablemente atrapados en ellas. Según otra encuesta que trascendió en 2006, difundida por la Agencia EFE, asusta bastante el porvenir de este importante grupo de la sociedad del país asiático, la cuarta potencia económica mundial.Yuan Xin, sociólogo de la Universidad Nankai de Tianjin, aporta en esta encuesta algunos datos significativos y demoledores: "un 90% de los 750 millones de residentes rurales, no cuentan con una adecuada pensión o asistencia sanitaria y un 70% dependen financieramente de sus familias".98 millones de ancianos residen en las áreas rurales y dependen de la ayuda familiar5% de los ancianos pasa hambre69% utiliza un único atuendo67% no puede permitirse comprar medicinas.85%carece de aseos en sus casas97%carece de ayuda para sus quehaceres domésticosUn robot para cuidar a los ancianosEl pasado año, en abril de 2009, la prensa estatal china informa que, un grupo de científicos del Instituto de Tecnología de Harbin, estudian el lanzamiento de un robot pensado para cuidar a las personas mayores que viven solas.El robot podrá llevar comida y medicinas, hacer sonar las alarmas en caso de que en la casa haya escapes de agua o de gas, mandar mensajes de texto o vídeo a familia y amigos e incluso cantar canciones o jugar al ajedrez.Fuentes consultadas:Spanish.NewsEl mundoEl EconomistaImagen: Ecodiario