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El pasado verano de 2012, una de las economías más pequeñas de la eurozona solicitó un rescate financiero para su sistema bancario. A partir de ahí, los mecanismos para poder solventar cuanto antes el problema de Chipre se pusieron en marcha, meses de duras negociaciones con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional llevaron a cerrar el acuerdo de la ayuda en noviembre del pasado año, con una cuantía que ascendería a más de 17.500 millones de €uros. El pasado 16 de marzo, los ministros de Finanzas y Economía de la eurozona negociaron los detalles del rescate con lo que Europa daría una ayuda de 10.000 millones y el resto sería una quita de los depósitos bancarios chipriotas. Se decretó un corralito en las entidades financieras.
Los ciudadanos chipriotas veían como sus ahorros serían retenidos; 6% para menos de 100.000 € y un 10% para cuantías mayores. El Gobierno decreta el cierre de todos los bancos para que no haya una masiva retirada de fondos y empiezan los problemas.
El parlamento rechaza el plan de Bruselas y este le insta buscar un plan B pero manteniendo que el resto de la ayuda tiene que salir de los ciudadanos. Rusia, una parte interesada, quiere asistir a Chipre pero si llega a un acuerdo antes con la UE. Y mientras tanto, el país está siendo arrastrado a un lugar de incertidumbre y desconfianza de los mercados hacia el €uro.
Esta situación, lejos de aclararse, continuará semanas hasta que se aclare todo el asunto y me hace pensar un par de cuestiones: Visto lo sucedido, ¿están nuestros ahorros asegurados? ¿Qué clase de políticos tenemos que no han sabido manejar este problema? ¿Está realmente la eurozona apostando por el €uro?. En próximos días y cuando tenga muchos más datos, haré un análisis de toda esta crisis y las consecuencias para Chipre.
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