Las estelas son los verdaderos legados que podemos dejarle a los demás, las verdaderas huellas que dejamos en nuestro andar por la vida y que hacen que ellos nos recuerden con afecto, admiración, cariño y verdadero amor. Nada tienen que ver estas estelas con herencias tangibles que dejemos, con bienes materiales o con seguridades que trabajemos para dejar “amparados” a nuestros hijos y descendientes. Las estelas son las enseñanzas más puras y sencillas, pero muy profundas que podemos otorgar a nuestros semejantes a través de una palabra, de un comportamiento o de un simple gesto que vaya cargado al máximo energéticamente como para que se quede fijado en el inconsciente de aquella otra persona y le mueva el alma entera hacia la felicidad. Cuando actuamos así, generamos automáticamente que el ser que recibe nuestra estela sea feliz aunque sea por un instante, y además le dejamos una lección implícita en aquella estela incitándolo a ser una mejor persona y un mejor ser humano.
Cuando imprimimos a cualquier acción un verdadero sentido de querer hacer el bien común, llegamos a influenciar el pensamiento de seres que ni siquiera conocemos, por lo que muchas veces ni siquiera somos conscientes de cuántas y cuales estelas podemos dejar en el mundo; y de eso se trata, de hacer el bien sin esperar nada a cambio, de hacerlo porque lo sentimos verdaderamente y de hacerlo conociendo nuestros límites y medidas para no ocasionar en nosotros mismos altos niveles de sacrificios que nos lleven al sufrimiento.
Dejar estelas es dejar huellas!!! Huellas sanas, llenas de verdadero amor que inspiren a otros a seguir en la búsqueda de su camino. Hay grandes personalidades en el mundo que han dejado estelas maravillosas para muchos: grandes gobernantes, grandes filósofos, grandes artistas, y hasta grandes personalidades del cine y la canción; cuyas vidas han significado ejemplo para muchos, en primera instancia por ser públicas, y en segundo lugar por servir de inspiración a quienes les siguen por tener actos de amor muy auténticos con el resto de la gente, o por brindar amor a través de lo que hacen. Sin embargo, no hay que ser famoso ni tener una vida pública para generar estelas auténticas. Basta con regalarle a un hijo o a un buen amigo una sola palabra que lo levante si está caído o que lo haga sentir mejor así este muy bien, para marcar la vida de aquel ser en forma positiva para siempre.
Las marcas que dejamos en otras personas impulsándoles a crecer, a seguir viviendo, a aumentar su visión de la vida, a encontrar su verdadera conciencia!!!! Esas son las estelas!!! Y lo más curioso de todo es que el universo tiene unos caminos muy misteriosos y perfectamente sabios como para hacer llegar nuestras estelas a los seres que menos imaginamos; y de igual forma, algunas veces nosotros recibimos estelas en la forma más inverosímil de gente que ni siquiera sabemos de dónde salió. Por eso, porque no alcanzamos a ver con nuestra corta visión la grandeza de la sincronía universal, debemos actuar siempre desde el bien y desde el amor, de una forma natural y sincera, sin sentarnos a pensar y a estudiar metódicamente cómo hago para dejar estelas, sino deseando desde el alma que todo cuanto hago le sirva a alguien para algo bueno.
Las estelas solo se dejan cuando abandonamos nuestro ser a la confianza de que todo estará bien para mí porque sólo procuro que otros también estén bien a partir de lo poco o mucho que puedo brindarles. Aprender a detectar cuando puedo dar y cuando no, lo dice sólo la felicidad que siento cuando estoy en paz conmigo porque sé que hice lo que correspondía en un momento determinado. Alguien se dará cuenta de eso, y entonces allí estaremos dejando una estela.