Estoy muy decaída.
Cuando empezamos la matronatación estaba súper feliz. Mi hijo pasaba las tardes contentísimo y yo disfrutaba mucho con las clases, tanto si me metía yo en el agua como si se metía mi marido y yo me quedaba mirando. Me sentía contenta, con fuerzas, tenía algunos proyectos en la cabeza para los próximos meses y varios temas interesantes para hablar en el blog.
Entonces el día 9 me empezó a doler la cabeza y con hoy son 8 días de migraña, ligero de dolor de oídos, molestias en las cervicales, mareos, cansancio, naúseas y mal cuerpo en general. Anoche, tras haber pasado un día algo mejor, se me puso un dolor de estómago de estos de los malos y muchas ganas de devolver, al tiempo que me entraba una tiritera y un frío como hacía mucho tiempo. No conseguí devolver, algo normal en mi, y además mi hijo se despertó casi a la vez, sobre la 1 a.m., y estuvo llorando muchísimo y sin dormirse hasta las 04.30 de la mañana.
Hoy estoy cabreada, hecha polvo y tristona. Desgraciadamente, no es raro en mi entrar en una temporada de achaques y que mi ánimo caiga hasta niveles bajísimos. No tengo ganas de ná.
A las 17h tengo cita con el médico, que veremos a ver, porque si no está mi doctora habitual mucho me temo que no me va a hacer ni puñetero caso, sobre todo con unos síntomas tan chorras y dispersos como los que llevo. Pero por quedar que no quede, ¿no?.
Puñetera salud la mía.