agria y dulce a la vez... así es la vida
Hace unos días competíamos en familia sobre quién reaccionaba peor al comerse un dulce muy agrio (que después se vuelve dulce).Unos chupábamosel dulcehasta quitarle la parte agria. Hacíamosmuecasy mil remilgos hasta llegar a la parte azucarada, y luego lo deshacíamos poco a poco. Otros lo mordían hasta hacerlopedazosy respirabanaliviopor haber salido de aquella amargura.Y así tomamos todo en la vida...Unas situaciones las llevamos poco a poco. Unaenfermedadcomienza muy amarga, y si la sabemos llevar, resultará en algo dulce: ya sea enbendicionesobtenidas a través de esta, o la sanación lograda luego de uncalvario(largo o corto). La crianza de los hijostambién la chupamos con cuidado, con muchas tormentas en unos momentos; pero después, muchas satisfacciones.Otras situaciones las atajamos al momento, sinmelindresni miramientos. Unaindisciplinade unhijola atacamos inmediatamente que ocurre: que vea su falta y conozca las consecuencias antes de que tenga una nuevaoportunidadde meter la pata. Un problema con un ser amado lo atendemos de inmediato antes de que se pueda levantar un muro entre ambos.Viéndolo de otro modo, también conocemospersonaspara quienes chupar o morder la vida es unaactitud.El que toma todo con calma y se planifica hasta para lavar la ropa de la semana… es un chupador.El que sacude la ropa un poquito, se la engancha y pa’ fuera… es un mordedor.El que planifica cómo se cobrará la malacrianza que le acabas de jugar… es un chupador.El que prende de medio maniguetazo… es un mordedor.El que comienza a hacer sus tareas con tiempo de anticipación, buscando toda la información necesaria y analizando cuál utilizará y cuál no… es un chupador.El que hace la tarea la noche antes, con lo primero que encontró en la Internet… es un mordedor.El que la hace desde el primer día, corriendo, para entregarla con 10 días de anticipación… es hijo mío (ja ja).¿Qué otros chupadores y mordedores conoces?Y tú…¿En dónde te ubicas?